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miércoles, 1 de febrero de 2006

Puertas que se cierran

Jamás quemé los puentes al huir. Siempre consuela ver puertas abiertas tras de ti, aunque te asuste lo que ves al girarte. Aunque en ese momento pienses que no querrás volver nunca.

Quizá lo hice tarde y mal. Me llevaron los demonios, me desmoronaron toda, me arrojaron al abismo y contra todos. Me despedacé contra las rocas de mi locura. Y tras estirarme y encogerme cientos de veces me quedé sin forma que recuperar. Y tuve que inventarme toda de nuevo. Y mirarme al espejo y volver a ver unos ojos arrasados por el agua, y una boca tras la mueca, y el pelo rojo irritado, y piernas para correr y unos brazos ansiando ser asidos y unas manos rebosantes de caricias. Y poner una sonrisa allí y una nueva esperanza allá. Y mirar el interior de mis muñecas, de venas azuladas, sin sarcasmo. Tardé pero quizá era el tiempo que necesitaba, boqueando como un pez fuera del agua. Desprenderse de una piel para volver a ser la misma, o para superar a la anterior yo.

Y al volver a las puertas las encuentro tapiadas por la incomprensión y el rencor. Los puentes cuelgan apenas de sus asideros mostrando que antaño hubo un paso allí.


DOOR, Cyntia Greig

Y me quedo llorando, luchando contra cerrojos más fuertes que la amistad y el tiempo, contra cerrojos que no aceptan perdones. Y me siento a pensar bajo un cielo de dedos que me señalan y de miradas aviesas. ¿Qué hacer cuando las básculas señalan "demasiada grasa" y cuando las personas en las que creías te defraudan o dicen que tú les defraudaste a ellas y cuando te giran la espalda y te dejan fuera?

Rasco un poquito la puerta. Cantos de melancolía. Rasco otro poco, gimiendo. ¡Perro malo! Molesto, molesto, molesto... Culpable, culpable, culpable... Vuelan palabras afiladas y cargadas de odio y no puedo soportarlo, no quiero soportarlo. ¿Vale la pena? Nunca me ha gustado estar donde no se me quiere.

Adiós, adiós, adiós...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

"Nunca me ha gustado estar donde no se me quiere". Tú misma lo dices. Es sin duda, la manera inteligente de tomar esas cosas. A veces es curioso que donde hubo tanta amistad, o tanto amor, o tanta empatía, sólo quede un mínimo espacio en el que hasta hablar de cosas sencillas se hace un mundo.

Hay gente que dejamos por el camino, y que a la larga, sólo es lastre del que nos desprendemos.

Preciosa la metáfora y la manera de describirlo.

Un beso

Nuala dijo...

Gracias, guapisima.

Duele cuando alguien que creías tu amigo te da cruelmente la espalda. Pero, como dices, la vida sigue y a veces la gente no quiere perdonar.

Tighten my corset dijo...

Aunque no nos guste cerrar puertas, debemos hacerlo para seguir adelante. A veces son amigos, parejas, trabajos, las que salen mal y es necesario dar carpetazo y a otra cosa.

Hemos de renacer de las cenizas cual ave fenix.

Pero no es fácil ni ligero, duele mucho pero así se valoran las nuevas cosas más.

Un beso

Anónimo dijo...

Ya veo como van las cosas por aqui, es muy facil decir que hay que cerrar puertas pero no tan sencillo cuando es una misma la que debe cerrarlas, a veces por mucho daño que te hayan hecho en el fondo de tu corazón guardas un atisbo de esperanza y esperas que las cosas sean diferentes, pero pobres ilusas eso nunca llega a ocurrir y al final tienes que acabar cerrandola y dando un gran portazo, que te oiga todo el mundo que ya no estas dispuesta a aguantar mas...