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miércoles, 12 de abril de 2006

Love (and Music) Will Save Us

Semana Santa. Y no puedo evitar, cada vez que veo a los encapuchados en la tele, pensar en el Ku Klux Klan... El temor a un Dios me parece la peor de las armas esgrimibles. Arrepiéntete, flagélate, tiembla y arrástrate por tus pecados...

Claro, que es más divertido ver el componente sadomaso de todo ello. ¿Disfrutarán sexualmente al cargar esos pasos y destrozarse la espalda? ¿Se pondrán cuando se azotan o cuando caminan de rodillas? En teoría sufren, pero sería más comprensible para mí si les gustara... Y que perdonen los penitentes que puedan leerme, pero no me entra en la cabeza una divinidad que quiera eso. Además para una atea como yo resulta absurdo. Ahora que me cuelguen por infamias del árbol más alto.

El Amor es la salvación. Creed en el Amor. Amad a todos vuestros semejantes. Y a los árboles, y a los animales, y hasta a los comerciales, los abogados y los políticos.

Una amiga que estaba atada a una relación negativa para ella cree haberse enamorado de un futuro médico de Vitoria. Así, casi por sorpresa. No paro de preguntarle si no está emocionada. Es hermoso, es excitante. Me alegro tanto...

El que creo que fue mi primer amor de instituto, el primer chico que me besó y el primero que me partió el corazón dejándome por otra ha vuelto a contactar conmigo. Y quizá lea esto, no tengo nada que esconder. Me maravilla que el tiempo haya hecho desaparecer por completo el rencor que le guardaba. Éramos adolescentes, aún no sabíamos muy bien lo que queríamos y las cosas parecían más trascendentales que vistas con perspectiva. No fue para tanto, pienso ahora. Y esto me hace creer que algún día, cuando pasen muchos años (o quizá no tantos), también rencores y reproches más recientes queden así olvidados y pueda sentarme a hablar sobre mi vida y sobre la suya con más de uno.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues si tú no entiendes esas flagelaciones sadomasos, imagínate yo cuando lanzan a la cabra desde lo alto del campanario...

Aquí, quien más y quien menos, pierde tornillos sin darse cuenta. Y luego te señalan, como si el raro fueras tú por no participar.

Pero, oye, que cada cual haga lo que quiera con sus vidas. Mientras no me manchen... Yo, en semana santa, prefiero ir a la playa, ponerme morao de tapas, de cerveza fría en una terracita, trasnochando, como ese buen católico por imposición que ni cree en dios, ni en la virgen ni en el espíritu santo. Amén.

Anónimo dijo...

Por cierto, te has puesto un pelín ñoña, no? Como si le hubieras dado un traguito al bote de mimosín. ;-)

Yo creo que nunca olvidas del todo, sea bueno o malo el recuerdo.

Yo también quisiera conseguir lo que planteas pero he comprobado que no es posible: que la distancia que se abre una vez se acaba la relación actúa como un muro de contención y te mantiene alerta, al mismo tiempo. Es la señal en ámbar del semáforo, que no te obliga a nada pero te avisa de un peligro. Un paso en falso y los recuerdos renacerán como el Fénix. Y, justo ahí, empezará y acabará todo.

Puedes compartir un café pero poco más. Porque enseguida surgen los fantasmas.

Nuala dijo...

Sí, sí, que hagan lo que quieran y se flagelen... pero a ver qué culpa tiene la pobre cabra.

No pretendo ser amiga de mis ex, ya me he dado cuenta de que en mi caso no puede ser. Al menos no enseguida. No hablo de eso. Hablo de la genial sensación que se tiene cuando algo que te dolió ya no te afecta. Cuando puedes volver a tener contacto con esa persona sin sentir un latigazo.Es el olvido y el perdón. Me gusta porque me hace sentir en paz.

Anónimo dijo...

La sensación de que todo ha quedado atrás y de que el rencor desaparece y sólo te quedas con lo bueno, y hasta te parece humorístico, es maravillosa, maravillosa.

La Semana Santa y sus pasos, sus penitencias, su devoción.. lo respeto para el que crea en ello pero me resulta tan ajeno y tan espeluznante... este año he estado totalmente desconectada de cualquier manifestación religiosa, cada vez me resulta más irritante