When Fiction Becomes Reality
Estaba en la tienda de cómics Arkham (un sitio estupendo, en c/ Xuclà, 16 de Barcelona) refugiándome de la llúvia y curioseando entre sus maravillas con una amiga y, al salir, veo una especie de revista gratuita. La cogí pensando que era un catálogo de alguna editorial de cómics o algún primer número gratuito de algún nuevo fanzine o algo parecido. Hasta que no llegué a casa no lo abrí y lo estudié con atención, y aún ahora no salgo de mi asombro. "An entertainment Magazine", dice. "Número 10". Y en letras grandotas: "WENDY & RITA".
Parece un cómic pero no lo es. ¿O sí?
Se trata de lo nuevo en "Product Placement". Algo así como la leche Pascual que desayunaban en la serie "Médico de familia" y que estaba bien visible sobre la mesa, o el aceite Carbonell que usa ahora Arguiñano o la marca de zapatillas en "I, robot"... Sólo que, en este caso, a algún lumbreras se le ha ocurrido adaptarlo al medio del cómic creando "una revista de tendencias dirigida a chicas" en la que las dos protagonistas del título aparecen en una especie de historia formato cómic (pésimo argumento, dibujos con poco acierto que parten de fotos) y en sus aventuras enseñan y visten todo un catálogo de marcas y productos que han pagado previamente por publicitarse. Hay tarifas diferentes según sea un anuncio pasivo, activo, verbal o hiperactivo (por lo visto hay seminarios de Márketing sobre este tema, yo es que ya no sé qué pensar).
Aparte de la historia (por llamarla de alguna manera) y la galería de "Estilismos" de las protagonistas (donde se nombran las marcas una por una) hay un making-of, cartas de lectores, una entrevista y un espacio "para colgar los festivales más cañeros" (por supuesto cito textualmente).
En una respuesta a una carta de un lector/a dicen:Al principio algunos anunciantes se reían y pensaban que era un juego, en España el cómic nunca ha tenido interés comercial, eso por un lado lo ha mantenido muy virgen, cosa que está bien, pero por otro estaba llevándolo a la marginalidad que, al final, le acaba restando grandes posibilidades. En cuanto a la pasta, el primer año perdimos, ahora lo estamos recuperando y el siguiente esperamos ganar lo suficiente para ofreceros todo lo que pedís en vuestras cartas e incluso que llegue el momento de hacer los capítulos mensuales o ¡llevarlo a la tele!
¿Qué hay de malo en la marginalidad?
Nuestros cómics no están repletos de páginas de publicidad como los americanos ¿y eso es malo? Aquí los cómics son un producto minoritario (esperemos que cada vez menos, pero no voy a hacerme ilusiones) y por eso los pagamos a precio de oro y sufrimos los vaivenes de quienes los publican en nuestra lengua (si es que lo hacen) y tenemos tan poca edición propia que nuestros artistas tienen que huír al país vecino. ¿Es mucho pedir que, como contrapartida, no estén llenos de anuncios?
¿La publicidad va a ayudar en algo a hacer más populares los cómics?
No, señores y señoras de Wendy & Rita, yo creo que más bien se aprovechan ustedes de una moda, de una corriente estética en alza, para hacer su negocio de publicitar marcas de una forma más atractiva para los jóvenes, de una manera supuestamente más sutil o subliminal. Por otro lado debo ensalzar la loable labor de imaginación que supone su propuesta (hasta cierto punto) y, sobre todo, que den ustedes trabajo a diseñadores, ilustradores, maquilladores, guionistas y actores, que falta hace.
Sigo en shock, sin saber si mi reacción primera de repugnancia es la adecuada o sólo se debe a que soy una friqui o una snob. Seguiré informando.