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lunes, 3 de julio de 2006

Girls and the city

Al final no tuve que ponerme un collar de pinchos, ni escupir en los cubatas de los pijos, ni mearme en la barra como amenacé, toda falsa punk attitude, cuando me enteré que mis amigas querían ir a bailar el sábado por la noche. Prometí portarme bien, ser buena, ponerme mona (bien, una hace lo que puede en este sentido), y sonreír ante el hecho irrefutable de que no me iba a gustar en absoluto la música que sonaría en los sitios a los que me iban a llevar.

Bien, bien, con alguna de ellas hay divergencias de gustos irreconciliables y ya está, no pasa nada. No las odio por eso. Por mucho que yo sea una persona de filias y fobias instantáneas, por mucho que pueda opinar sobre alguien, a las primeras de cambio, "me cae mal" (a veces soy así de capulla), los gustos musicales no suelen ser un motivo para guiar mis opiniones. Bueno, hay casos extremos pero no es lo más normal. Puede que alguna de ellas no sepa ni siquiera que Alice in Chains es un grupo de música o que le guste ponerse Shakira en el coche pero eso no importa, son buena gente, las puedo querer igual. Sean poppies, reaggetoneras, danzarinas del vientre o de sevillanas. Me caen bien, y dos de ellas son Mis Amigas. Nada es más fuerte que eso.

Y podemos cenar juntas en el japonés, y no las miraré mal si piden un tenedor para pinchar el salmón o los makis, aunque por la forma en que se desmontan estos últimos quede claro que definitivamente así no es como deben comerse. Risas aseguradas. Los de la mesa de al lado, un cumpleaños para 12, eran unos rancios que apenas hablaban y se estaban durmiendo antes del postre. ¡Menudo cumpleaños!

¿Por qué cuando nos juntamos un grupo de mujeres somos tan escandalosas? Ni siquiera estábamos borrachas. ¿Por qué acabamos hablando de los hombres? En esta ocasión, y en clave de humor, se repitió el concurso de quién había estado con el peor. "Chandalmán" tenía muchos puntos pero ganó mi historia del "psicópata", o quedamos en empate, no estoy segura. Esto fue durante la cerveza que tomamos en el bar The Passenger, donde intenté recargarme las pilas de música ante lo que estaba por venir. Y lo que estaba por venir pudo ser mucho peor. Que no es tampoco por halagar la discoteca, Linea 6,25, donde estuvimos hasta las tres y cuarto, pero lo soporté con estoicismo y con la ayuda impagable de mi abanico rojo (este calor va a acabar conmigo).

Pobrecillo, para olvidármelo luego en el flamante coche nuevo de G.


Bueno, nosotras no éramos cuatro, como ellas, sino cinco. Y nos faltaban unos cuantos margaritas para ponernos a hablar de sexo. Y nos faltaban unos cuantos millones para poder lucir sus modelitos. Vamos, que no tenemos nada que ver con las de Sex and the City, ya nos gustaría a nosotras. Pero salir con amigas y reír con ellas es algo que no tiene igual y sólo esa serie de televisión ha sabido plasmar la amistad femenina. Ese "te odio por haberte comprado ese vestido que yo quería" o "por volver con ese tío que no te conviene" y ese "te quiero por dejarlo todo por escuchar mis problemas, por ser mi confidente y estar siempre que te necesito, sin condiciones".

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero... nos toca elegir a nosotras la próxima vez, no???????????

Besitos

Anónimo dijo...

Pocas cosas hay tan especiales y que levanten tanto el ánimo como una noche de sólo chicas.

Yo también tengo entre mis amigas alguna a la que le gusta Luis Miguel y la salsa, pero no importa, la quiero con locura.

Nosotras terminamos hablando de sexo siempre. Dudo que los tios hablen de sexo tan en profundidad como nosotras, sobre todo, si eso incluye contar cosas de su pareja. Nosotras si lo hacemos, no tenemos remedio.

Nuala dijo...

Bueno, yo no lo hago mucho, la verdad. Y en general con mis amigas, salvo algún día, gloriosa excepción que nos ha pillado tontas, no solemos hablar mucho de sexo. Eso sí, si me pongo soy bastante bruta. Es lo que tiene haber crecido entre hombre.

En eso debo ser un poco tío. Ellos de lo que seguro que no hablan con sus amigos es de sentimientos.

Anónimo dijo...

Cómo que no! El Sábado estuve comentando toda la noche el sentimiento de euforia que me producía que hubiesen eliminado a Brasil, por no hablar de otros sentimientos que me preovocaban las mujeres que pasaban delante del Bar. Y sí, hace mucho calor

Anónimo dijo...

Pues debe ser en la intimidad, como decía el bigotes, porque me cuesta una barbaridad escuchar a una chica hablar abiertamente de sexo (no cuenta decir "me gustan las pelis pornos"). Más que en profundidad diría que pasáis de puntillas y, si os podéis limitar a ver-oír-callar, pues mejor. Un botón de muestra: aunque suene brusco, nunca he oído decir a una chica, sin rodeos, que se masturba. Imagínate cómo está el patio.

De hecho, estoy convencido de que la actitud de la mayoría de las chicas se acerca más a la que adopta Nuala que a la tuya, Blackstar. Todavía no existe la 'normalidad' que sí se da en los chicos en ese tema.

Esa normalidad que sí creo que nosotros tenemos asumida, se plasma en una mejor dosificación de la información íntima que compartimos. Será por respeto, amor, celo o simple recato pero no largamos demasiado sobre nuestras respectivas. Y éso es una bonita forma de hablar de los sentimientos a través de los 'gestos'.

¡Jopeta, menudo rollo he soltado!

Nuala dijo...

Creo que se ha malinterpretado lo que he dicho. Si algo no soy es recatada, vamos.

No es que no hable de sexo, es que no cuento cosas íntimas que considero de mi pareja y mías. Es decir, con mi pareja hablamos bastante de sexo y suelo ser, como he dicho antes, realmente explícita. Luego con mis amigas, el tema no es que sea tabú, es que entra dentro de la esfera más personal y soy reservada en ese aspecto. No sé si me explico...

Anónimo dijo...

Se te entiendo todo.

El no contar esas cosas íntimas a diestro y siniestro forma parte de las reglas no escritas del recatamiento, pudor, respeto o como quieras llamarlo. Pero eso no significa ni represión ni nada por el estilo. No tienen nada que ver, de hecho.

Sólo que prefieres hablar más profundamente de esas cosas con la persona con la que tienes que hablarlo, con la que te da la confianza necesaria y a la que amas y te ama. Vamos, que si un amigo no conoce tu sexualidad no importa ni un pimiento pero si es tu pareja la que no te conoce, no anem bé!

Anónimo dijo...

Perdonad, pero no creo que yo por hablar de sexo con mis amigas, y eso claro, incluye algún aspecto de mi vida sexual presente, falte al respeto a mi pareja o la ame menos. Ellas también me hacen partícipe de sus dudas, temores, y ratos buenos. No imaginéis que todo el día estamos hablando de eso! pero sí que hablamos, claro. No se, me parece normal, tengo mucha confianza con ellas y las conozco desde hace siglos. Eso sí, siempre habrá cosas que me reserve jeje

Nuala dijo...

Creo que nadie insinuaba eso, Blackstar. Pero a mí me cuesta, llamémosle pudor si queréis. No es que tú seas menos respetuosa con tu pareja, será que tienes más confianza con tus amigas en ese sentido o que tenéis menos pudor. También ayuda que ellas conozcan a tu pareja desde el principio o no, supongo.

Anónimo dijo...

El comentario de fuera de órbita si me ha parecido que dejaba caer eso, jeje.Perdón si lo he malinterpretado!

Y como digo, siempre habrá partes que me reserve!

Anónimo dijo...

Ei, ei, a mi no me señales con ese dedito que se te va a disparar!!! ;-)

Si dijera lo contrario entraría en contradicción así que, sí, lo puedo llegar a entender como una falta de tacto. Será porque soy un poco hermético con mis cositas...

Sin acritud, Blackstar.