Mi blog se ha mudado! Redireccionando…

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miércoles, 28 de septiembre de 2005

When Fiction Becomes Reality

Estaba en la tienda de cómics Arkham (un sitio estupendo, en c/ Xuclà, 16 de Barcelona) refugiándome de la llúvia y curioseando entre sus maravillas con una amiga y, al salir, veo una especie de revista gratuita. La cogí pensando que era un catálogo de alguna editorial de cómics o algún primer número gratuito de algún nuevo fanzine o algo parecido. Hasta que no llegué a casa no lo abrí y lo estudié con atención, y aún ahora no salgo de mi asombro. "An entertainment Magazine", dice. "Número 10". Y en letras grandotas: "WENDY & RITA".

Parece un cómic pero no lo es. ¿O sí?

Se trata de lo nuevo en "Product Placement". Algo así como la leche Pascual que desayunaban en la serie "Médico de familia" y que estaba bien visible sobre la mesa, o el aceite Carbonell que usa ahora Arguiñano o la marca de zapatillas en "I, robot"... Sólo que, en este caso, a algún lumbreras se le ha ocurrido adaptarlo al medio del cómic creando "una revista de tendencias dirigida a chicas" en la que las dos protagonistas del título aparecen en una especie de historia formato cómic (pésimo argumento, dibujos con poco acierto que parten de fotos) y en sus aventuras enseñan y visten todo un catálogo de marcas y productos que han pagado previamente por publicitarse. Hay tarifas diferentes según sea un anuncio pasivo, activo, verbal o hiperactivo (por lo visto hay seminarios de Márketing sobre este tema, yo es que ya no sé qué pensar).

Aparte de la historia (por llamarla de alguna manera) y la galería de "Estilismos" de las protagonistas (donde se nombran las marcas una por una) hay un making-of, cartas de lectores, una entrevista y un espacio "para colgar los festivales más cañeros" (por supuesto cito textualmente).

En una respuesta a una carta de un lector/a dicen:

Al principio algunos anunciantes se reían y pensaban que era un juego, en España el cómic nunca ha tenido interés comercial, eso por un lado lo ha mantenido muy virgen, cosa que está bien, pero por otro estaba llevándolo a la marginalidad que, al final, le acaba restando grandes posibilidades. En cuanto a la pasta, el primer año perdimos, ahora lo estamos recuperando y el siguiente esperamos ganar lo suficiente para ofreceros todo lo que pedís en vuestras cartas e incluso que llegue el momento de hacer los capítulos mensuales o ¡llevarlo a la tele!

¿Qué hay de malo en la marginalidad?

Nuestros cómics no están repletos de páginas de publicidad como los americanos ¿y eso es malo? Aquí los cómics son un producto minoritario (esperemos que cada vez menos, pero no voy a hacerme ilusiones) y por eso los pagamos a precio de oro y sufrimos los vaivenes de quienes los publican en nuestra lengua (si es que lo hacen) y tenemos tan poca edición propia que nuestros artistas tienen que huír al país vecino. ¿Es mucho pedir que, como contrapartida, no estén llenos de anuncios?

¿La publicidad va a ayudar en algo a hacer más populares los cómics?

No, señores y señoras de Wendy & Rita, yo creo que más bien se aprovechan ustedes de una moda, de una corriente estética en alza, para hacer su negocio de publicitar marcas de una forma más atractiva para los jóvenes, de una manera supuestamente más sutil o subliminal. Por otro lado debo ensalzar la loable labor de imaginación que supone su propuesta (hasta cierto punto) y, sobre todo, que den ustedes trabajo a diseñadores, ilustradores, maquilladores, guionistas y actores, que falta hace.

Sigo en shock, sin saber si mi reacción primera de repugnancia es la adecuada o sólo se debe a que soy una friqui o una snob. Seguiré informando.

lunes, 26 de septiembre de 2005

Taburete, barra y pato.

La inspiración no siempre es una musa dócil y sumisa que aparece para acariciarnos con sus dulces dedos. A veces es una truhana traicionera que no se deja ver, una usurera, una meretriz a la que hay que encadenar, forzar, torturar y sodomizar para que nos mire siquiera con desprecio.

Cuando era pequeña le pedía a mi padre que me contara un cuento antes de dormir. Yo le decía un animal o dos (adoraba, y aún adoro, a todos los bichos, hasta quería ser veterinaria) y él, como por arte de mágia, me contaba un cuento recién inventado y siempre diferente en el que salían esos animales.

La técnica adaptada que uso ahora es simple pero efectiva (a veces). Consiste en pedir a alguien que me diga tres palabras: las primeras que se le ocurran, sin que tengan que estar relacionadas entre sí, tres palabras al azar. Y con ellas yo tengo que tejer una historia. Basta con que aparezcan en mi texto, no hace falta que sean elemento principal ni parte básica del relato, del cuentito o de lo que surja. De esta manera suelo escribir historias bastante mediocres (eso dependerá de la calidad de la escritora) pero así ejercito mi neurona autista y relaciono palabras de un modo curioso, que siempre da alguna sorpresa. Y, de vez en cuando, consigo algún resultado interesante. En algunas ocasiones las palabras ni siquiera llegan a aparecer en el texto porque las olvido una vez empiezo a escribir, sólo sirven como resorte para inventar algo. En el ejemplo que sigue no busquen al "pato" del título porque no está. Esa palabra, "pato", sirvió para hacerme pensar en una señora mayor que llevaba una camisa o una blusa o un pañuelo con un pato bordado. Luego olvidé ese detalle a medida que escribía y el pato en la blusa de la señora fue lo de menos...

Cada día llegaba a la misma hora de la tarde y se sentaba en el mismo taburete (a poder ser, siempre que ningún borracho de turno lo hubiese ocupado ya), junto al expositor de tapas, delante de la cafetera, en la barra. Entraba arrastrando sus diminutos pies enfundados en zapatillas de felpa, tanto en verano como en invierno, e inundando el bar con su olor particular: una mezcla de naftalina, jabón casero y colonia barata (esencia de lilas, limón y algo almizclado). Olía como deben oler las abuelas bondadosas que reciben a sus nietos con chocolate deshecho y galletas recién sacadas del horno. Sólo que ella nunta tendrá nietos porque ella nunca tuvo hijos...

Pedía un café con leche muy caliente (con poco café y sacarina) y se quedaba allí, en silencio, dando sorbitos a la taza y escuchando las conversaciones y mirando a los clientes con expresión ausente. Esa tarde se fijó especialmente en el chico que estaba solo tomando una cerveza en la mesa del rincón del fondo. Tenía una libreta y anotaba cosas en ella. Quizá dibujaba algo. Volvió a su café con leche y fantaseó con la idea de que era joven y hermosa y que un joven como aquél la miraba con devoción y quizá la dibujaba desnuda. No recordaba la última vez que alguien la miró con amor. Añoraba tanto un abrazo cálido, una palabra amable... Estaba tan sola que venía al café para ver a gente reír, hablar, vivir. Aunque la ignorasen como a un trasto viejo, aunque no riesen con ella ni la hiciesen nunca partícipe de sus conversaciones. Suspiró y acabó su café con leche.

Como siempre, se dirigió a los aseos antes de irse. Al pasar junto al joven de la libreta lo oyó blsfemas enfurecido por algo y pensó que la juventud cada vez hablaba peor. Y al volver del baño se fijó mejor en él y en lo que estaba haciendo y se quedó clavada en el sitio. ¡Era ella! ¡La había dibujado a ella! Y ahora la estaba sombreando con una especie de pincel, como si acariciase su dibujo con amor. Sonrió como hacía tiempo que no lo hacía y sus ojos se iluminaron. Se acercó al joven que la miraba sorprendido y, mirando primero el dibujo, y luego directamente a sus ojos, esbozó un "gracias" tan inmenso y alegre como pueda voz humana expresar.

Él no supo qué decir y jamás entendió, tras verla marchar, cómo había iluminado una vida.

Tengo la suerte de tener un ilustrador dispuesto a acompañar mis intentos de relatos con sus preciosos dibujos inspirados en ellos. Gracias, Roger, por la Moleskine, por tus dibujos, por el impulso que me has dado para escribir, por ayudarme con el blog, por estar ahí siempre... Gracias por todo y más.

Si aún no lo habéis hecho visitad su web. Ya tardáis...

Pretty Hate Machine


Bill Brandt: Campden Hill, London, 1949

Demasiado alta, demasiado delgada, demasiado directa, demasiado sincera, demasiado borde... No tienes suficiente talento, no eres lo suficientemente lista, no lo suficientemente hermosa ni atractiva. No tienes suerte, no sabes sacarte partido. Cállate, a nadie le importa, no creas que eres ingeniosa o interesante. No sabes nada, eres vulgar y les aburres. Triste, loca, desquiciada, pesimista, autodestructiva, depresiva, vaga, inútil...

¡Basta!
Hoy voy a destrozar mi propia máquina de odiarme...

miércoles, 21 de septiembre de 2005

Metamorfosis


© Man Ray
Shhhhhhh...
No digas nada, no mires nada, no escuches nada...
Respira. Respira y empápate de este momento.
Huélelo en el aire que me rodea.
Noto caer las barreras lentamente, mi piel se desgrana para ti, se desliza a los lados de mi cuerpo como un traje demasiado usado.
Fíjate que debajo de mí había otra yo clamando por salir. Y yo soy la primera sorprendida cuando surjo, resplandeciente, oliendo a nuevo y aún por estrenar, temblando al mundo. Y te encuentro justo en el momento adecuado, justo en el sitio adecuado. Y me miras y me veo en tus ojos como siempre he querido ser, como quizá ya soy.
Y debajo de ti también hay otro tú que está brotando precisamente ahora. Y nos entrelazamos lentamente y luego desaparece el Tiempo.
Shhhhhh...
¿Puede haber algo más hermoso?

¿Proverbio Chino?













Tienes que vivir como si no hubiese un mañana,
amar como si nunca te hubiesen herido

y bailar como si no te mirara nadie.

martes, 20 de septiembre de 2005

El ángel


Bajo el anochecer inmenso iba el ángel

arrojado del Edén nativo.
Absorto su cuerpo aún desnudo,
frío ante la brusca y negra tristeza.
Sus alas, antes candor erguido,
a la espalda pesaban sordamente.
Se buscaba a sí mismo.
Pretendía olvidarse a sí mismo
Arrastraba dos lentas soledades:
su soledad de nuevo, la del amor caído.
Al fin sabes cómo ha muerto la luz,
mientras vas recordando, deseando,
y te pesa el deseo recordado.
Fuerza quisieras para alzar nuevamente
con fango, lágrimas, odio, injusticia,
la imagen del amor hasta el cielo,
la imagen de la amor en la luz pura.
Pero fracasarás.
Te perderás en la tierra injusta,
en la eterna soledad que tú mismo creaste.
Tu camino: bocas de mentira, palabras de hielo.
Voces giran y resuenan con encanto marchito
en tus oídos, recuerdos pálidos de un amor perdido.
Muerdes tus puños con tristeza impotente.
Mueve tu mano el aire que derriba pobres paraísos.
Trémulo, transparente,
te quedaste sobre el viento...
Un ángel de vídrio sobre un espejo.
¡Oh, ángel con grandes alas de cadenas!


No es mío. Y sí lo es. Es mío y de una de mis mejores amigas pero tampoco es sólo nuestro. Lo escribimos hace muchos años como una especie de monstruo de Frankenstein uniendo versos nuestros a un recosido de versos de diferentes poemas, de diferentes poetas, intentando darle un sentido unitario.

¡Qué difícil es volver a creer en el amor cuando alguien te lo ha pisoteado!

Yo era demasiado joven, aún no sabía qué era el amor de verdad cuando lo escribimos pero, aún después de tantos años, sigue pareciéndome acertado. Acertado no porque diga una verdad cierta (¿existe alguna universal?) sinó porque describe exactamente cómo se siente alguien tras una ruptura o desengaño amoroso. En realidad creo que está impregnado de una desesperanza que no es cierta más que en esos momentos. Porque el ángel no se queda ahí al final de la historia. Igual que es seguro que, tras las perdices, seguramente Blancanieves y el Príncipe necesitaron consejero matrimonial, también es seguro que el ángel no es gilipollas, no se queda ahí lamiéndose las heridas sinó que se levanta y rehace su vida y confía en sí mismo y alza sus alas y vuela.

Si no me creéis: ¡mirad mis nuevas alas!

La fotografía que he escogido ("Woman Once a Bird", 1990) pertenece al fotógrafo estadounidense Joel-Peter Witkin, un artista que me fascinó desde que lo descubrí en mis clases de Estética y al que creo que mi amado Dave Mc Kean le debe mucho. Sus obras poseen una extraña y fascinante hermosa fealdad. Es un autor peculiar. Adjunto el ruego que lanzaba en internet:

Una atenta súplica de Joel-Peter Witkin:

Los conocedores saben que mi obra está basada en la necesidad de crear imágenes de amor y redención. La mayoría de mis obras se realizan en colaboración con personas (la fuente) que conocen a individuos verdaderamente únicos que estén dispuestos a ser fotografiados. Yo le doy a "la fuente" de la fotografía resultante una imagen de regalo. El o la modelo pueden recibir su pago ya sea en efectivo o recibir también una fotografía de regalo.

Estoy buscando a una mujer ciega entre los 20 y los 40 años de edad, razonablemente atractiva, a quien pueda fotografiar desnuda. Deberá notarse que ambos ojos no están bien y no ven.

También estoy buscando una mujer atractiva entre los 20 y los 40 que no tenga brazos.

Estoy dispuesto a viajar a cualquier parte del mundo.

Joel-Peter Witkin

lunes, 19 de septiembre de 2005

A Hiding Place o Mi Camino

Este weblog de desahogo personal se iba a llamar "A hiding place". La razón es una frase de Icicle, una canción de mi admirada Tori Amos. Habla de la masturbación femenina pero entiendo que también de muchas otras cosas: de crecer, de encontrarse a una misma, de estar a gusto pese a los monstruos que acechan. Lo cual significa que hago esto, sobre todo, para mí, para tener un sitio donde esconderme, donde refugiarme y donde arroparme... Una especie de expansión de mi Moleskine en formato digital. Finalmente descarté el título en inglés y elegí La Buhardilla por Bradbury y porque siempre he soñado con tener un desván donde se guardan trastos viejos para poder investigar y viajar al pasado. Ésta será mi buhardilla. Sean bienvenidos e investiguen si les apetece.

No tengo ningún afán de exhibicionismo, ya intento lucir lo suficiente mis mariposas en la vida real. Más bien creo que se trata de un intento de reconocimiento, no sé cómo explicarlo. Supongo que mi sueño de escribir puede verse colmado así, de esta manera. Puede que nunca jamás nadie me publique un libro (nunca digas nunca jamás) pero ni falta que me hace. Si alguien me lee y le gusta mi forma de ver el mundo me alegraré muchísimo. Y, si no, pues sería como publicar un libro y que nadie lo compre, pero menos engorroso. También está el detalle de que, pese a ser nudista en potencia, me da bastante vergüenza desnudarme así. Espero ir venciendo el pudor...

¿Cuántos blogs personales existirán? No creo que este vaya a ser original, ni lo pretendo. En fin, gracias si hay alguien ahí. Y si no lo hay siempre puedo imaginar a alguien al otro lado captando lo que quiero decir, siendo partícipe de mis sentimientos vitales, rebuscando entre mis baúles, sacudiendo el polvo a mis libros y mis películas, mirando mis viejos álbums de fotos.

Siempre me han aterrado los cambios, me hacen sentir insegura, hacen que mi mundo pequeño y calentito se vuelva inestable y, de repente, pueda pasar cualquier cosa. Pero les estoy cogiendo el gusto. "Cualquier cosa" no es siempre algo malo como la pesimista empedernida que suelo ser se empeña en pensar. Desde hace más o menos un año todo son cambios para mí. Cambios brutales y crueles no escogidos que me llevan a cambios elegidos e increíblemente acertados. Las cosas aparentemente dolorosas, los momentos más bajos, los cambios que muerden y arañan y matan, aquéllos que creemos que nunca superaremos, pueden llevarnos sin que nos demos casi cuenta a cambios que nos devuelven la vida, la ilusión y el amor, cambios que significan descubrir que lo perdido puede ser mejorado por lo encontrado. Hay que arriesgarse, como me dijo R. Todo cambio es un riesgo, pero también una puerta abierta a una maravillosa posibilidad nueva.

Y ahora más cambios provocados, seguramente, por los anteriores. Espero que sea de nuevo un cambio muy bueno. Vuelvo a la Facultad para empezar a estudiar Documentación. Rozar peligrosamente la treintena no va a detenerme. Pretendo que sirva para vencer el estancamiento personal que supone haber hecho una carrera con la que no es fácil encontrar trabajo decente y para vencer una parálisis de pánico profesional tras realizar unas oposiciones desastrosas.

Creo que la mía es toda una generación de talento desaprovechado y desorientado. Espero encontrar mi camino.

domingo, 18 de septiembre de 2005

La serenidad


Hay algunos momentos perfectos en la vida y son dificilmente capturables.

Ni una foto, ni un recuerdo material, pueden dar cuenta de ese instante que sólo puedo describir como absoluta serenidad del alma. Las preocupaciones parecen mantenerse a distancia y estás tan a gusto y satisfecho en tu propio pellejo que sólo puedes esbozar una sonrisa boba de satisfacción o, como mucho, suspirar.

Podría decir que esos momentos son de lo mejor de la vida. No son de alegría explosiva o de placer irresistible pero son mucho mejores, mucho más profundos, felices y difíciles de alcanzar... Hace falta estar con la persona adecuada, en el momento adecuado, en el sitio adecuado y con el estado de ánimo adecuado.

Sí, definitivamente creo que es una de las mejores cosas de estar viva.