Mi blog se ha mudado! Redireccionando…

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martes, 28 de febrero de 2006

Fast Forward (FFWD)

Ayer leía en clase un análisis de entorno de la OCLC (Online Computer Library Center) que decía lo siguiente:

Gracias a los dispositivos de computación nómada que admiten la realización de múltiples actividades, la división tradicional entre tiempo destinado al trabajo académico, al ocio y a la actividad laboral se está fusionando en un mundo integrado. Este fenómeno es más evidente entre los jóvenes. En marcado contraste con el estilo de vida de sus padres, en el que los límites entre una actividad y otra estaban claramente definidos, el mundo de estos jóvenes es una "infoesfera" integrada, en la que ya no es posible separar el trabajo del juego y del estudio.

Al margen de la mala traducción del inglés y de que se me considere joven o no (¡ejem!) me encuentro sumida en esa "infoesfera" de la que hablan. Mientras representa que estoy trabajando, hago prácticas para las clases o leo apuntes en mi dosier electrónico, busco información, vuelos o entradas, leo el foro de Riff (y me consta que no soy la única), respondo e-mails y fusiono mis esferas laboral, de ocio y de estudio.

Desde luego que el mundo ha cambiado muchísimo, y no hace falta ni mirar a mis padres. La diferecia entre mi hermano y yo (diez años) ya es suficiente. Cuando pienso que nació en el '86 me da un pasmo. Su infancia no se concibe sin una consola de videojuegos. Su adolescencia no se concibe sin ordenador o sin internet. Las cintas de cassette casi ni le han rozado. Los vinilos son una rareza para él, mientras yo escuchaba mis cuentos favoritos en ese formato. Él recuerda de toda la vida más de tres canales en el televisor...


Y sin embargo los de mi generación parecemos habernos adaptado bien a tanto cambio (y los hemos vivido bien gordos), aunque sea a la fuerza. Hemos aprendido a pelearnos con nuestro ordenador, a instalar Windows (en mi caso espero que eso esté superado), lo que son las conexiones USB, el wi-fi y millones de palabrejas que vamos aprendiendo a duras penas sobre la marcha. Vimos nacer internet. Y los mp3. Y Telecinco, Antena 3 y nacer y morir Canal +. Vino la banda ancha, y la tele por cable. Y los teléfonos móviles, ¡qué cosas! Avanzamos a velocidad de vértigo y nos amoldamos a todo ello. Cuando estudiaba Filosofía (y tampoco hace tantos años) los profesores no colgaban el temario y las prácticas en un dosier de la asignatura en internet, no ponían un foro para resolver las dudas, los alumnos no iban a todos lados con su pen USB...

Lo curioso de todo ello es que si no me paro a pensarlo, si no es por la lectura del artículo, casi ni me doy cuenta porque he vivido todos esos cambios de forma no- traumática, aceptando las innovaciones de forma paulatina (como todos, supongo). Y los de la era digital así seguiremos, me imagino. Hasta que vivamos en las casas esas del futuro, con placas solares, con el ocio centralizado en enormes pantallas de plasma que se esconderán en la pared (televisión, música, cine, juegos, fotos digitales, acceso a internet...), con luces y electrodomésticos que responden a nuestra voz, con la compra automatizada (con lo que mola ir al mercado), etcétera. Y de vez en cuando o cuando seamos viejos (¿me estoy haciendo vieja?), miraremos atrás o recordaremos con cariño cuando había que apretar el Play y el Rec a la vez en nuestro viejo y entrañable doble pletina...

lunes, 27 de febrero de 2006

Post Secret

viernes, 24 de febrero de 2006

Monsieur Jean, Inventaire avant travaux

Gracias a que R. vino de Paris cargado de cómics (y gracias a Dupuy y Berberian, por supuesto) he tenido el privilegio de leer algunas aventuras del Señor Jean antes de que se publiquen en España. Algunas traen lindezas como esta que transcribo y traduzco.


Il existe une partie du cerveau où se cachent tous les souvenirs qu'on veut oublier...

Au débout, cette partie du cerveau est aussi petite qu'un point. Ensuite, elle grandit au fur et à mésure qu'on a des choses à oublier jusqu'à prendre la forme d'un losange.

C'est une sorte de terrain bien délimité et bien gardé. C'est difficile d'y déposer des choses, mais une fois que ça y est, on est sûr que ça reste et que ça ne dépasse pas.

Parfois, on se met au bord et on regarde ce qu'il y a à l'interieur du losange des oublis. Ça fait un peu peur parce qu'on ne distinge pas grand chose et, en même temps, on est effrayé par ce qu'on risquerait d'y trouver.

Avec le temps sa surface devient poreuse. Il y entre et il y sort des choses de manière anarchique. Brusquement, on se souvient de ce qu'on croyait avoir oublié definitivement... et un souvenir qu'on pensait garder pour toujours... disparît.


Existe una parte del cerebro donde se esconden todos los recuerdos que queremos olvidar.

Al principio esa parte del cerebro es tan pequeña como un punto. En seguida se agranda a medida que tenemos cosas que olvidar hasta tomar la forma de un rombo.

Es una clase de terreno bien delimitado y bien guardado. Es difícil poner cosas allí pero, una vez que está hecho, estamos seguros de que se quedará y no saldrá.

A veces, nos metemos dentro y miramos lo que hay en el interior del rombo de los olvidos. Da un poco de miedo porque no se distingue gran cosa y, al mismo tiempo, nos asusta lo que corremos el riesgo de encontrarnos.

Con el tiempo su superficie se vuelve porosa. Entran y salen cosas de manera anárquica. Bruscamente te acuerdas de lo que creías haber olvidado definitivamente... y un recuerdo que pensabas guardar para siempre... ha desaparecido.


Nota: Como he dicho antes la traducción es mía. Cualquier error es comprensible y hasta de esperar, que soy una piltrafilla y el francés se olvida si no se practica (¡el idioma, pervertidos y pervertidas! Lo otro es como montar en bici...).

martes, 21 de febrero de 2006

Un amor especial

Cuando leí Una cuestión personal (de 1964, publicado por Anagrama en 1989) jamás creí que Kenzaburo Oé estuviera hablando de un caso real. Jamás me pasó por la cabeza que, en realidad, con sus licencias y sus cambios de nombres o de escenarios, aquella situación angustiosa, aquel odio, aquel asco, aquel tedio, aquella huida y aceptación, fuera en realidad algo autobiográfico.

Sin embargo, así es. De hecho, según confiesa el propio Kenzaburo, todos sus libros son un poco autobiográficos. Cuando leo a un autor no suelo acercarme antes a su autobiografía o bien por pereza o porque creo que eso puede contaminarme en la percepción literaria de su obra. En este caso, sin embargo, conocer al hombre y su vida familiar me ha servido para amar aún más su obra.

En Un amor especial, Vivir en familia con un hijo disminuido (Ediciones Martínez Roca, 1998), el autor nos explica su experiencia reveladora tras la llegada al mundo de Hikari, su primogénito, nacido con una grave deficiencia cerebral. Como el hijo de Bird, en la novela. Y, como Bird, él bajó a los infiernos para aceptar y encontrar el coraje de amar y luchar por su hijo.

Con una sensibilidad y una delicadeza excepcional Oé describe en este libro entrañable (su primera obra después de recibir el Nobel de Literatura) cómo su hijo, Hikari, con grandes deficiencias físicas y psíquicas, tenía desde muy pequeño una gran sensibilidad para la música clásica y los sonidos de la naturaleza. Alentado y animado por su familia Hikari Oé ha tenido, al crecer, a la música como único medio para transmitir sus emociones y su pasión por la vida. Y hoy en día Hikari es un compositor que ya ha editado en Japón su segundo exitoso disco con grandes músicos como colaboradores.

Kenzaburo nos habla del poder sanador del amor en la vida familiar, de la entrega incondicional a un hijo, de la paciencia, del coraje que podemos encontrar en los gestos amables de quienes nos rodean. Menciona que, gracias a su hijo, ha descubierto todo eso y se ha dado cuenta de que la sociedad hacia la que deberíamos querer ir es aquella movida por el yujo. Este término, yujo, es una invención del novelista Yoshie Hotta y está formado por dos carácteres chinos que tradicionalmente no se emparejan pero que, al unirlos, significan algo así como "afabilidad" (jo) de cierta "clase de humanitarismo" (yu); no implica los homónimos "amistad" o "capacidad de sentir" y, no obstante, semeja una combinación de ambos.

Hikari significa "Luz" en japonés.



Para los interesados en el tema dejo aquí un artículo y una reflexión en torno al impacto psicológico de los hijos con problemas en el nacimiento.

lunes, 20 de febrero de 2006

Fuckin' crazy

Guns N' Roses
Appetite for Destruction (1987)


YOU' RE CRAZY


I been lookin' for a trace
Lookin' for a heart
Lookin' for a lover in a world
that's much too dark
You don't want my love
You want satisfaction
You don't need my love
You gotta find yourself another
Piece of the action, yeah

Said where you goin'
What you gonna do
I been lookin' everywhere
I been lookin' for you

You don't want my love
You want satisfaction
You don't need my love
You gotta find yourself another
Piece of the action
'Cause you're crazy
You're fuckin' crazy
Ya know you're crazy
I said you're crazy

Say boy where ya comin' from
Where'd ya get that point of view
When I was younger
Said I knew someone like you
And they said

You don't want my love
You want satisfaction
You don't need my love
You gotta find yourself another
Piece of the action
'Cause you're crazy
You're fuckin' crazy
Ya know you're crazy
I said you're crazy
Ooh you're crazy
You know you're crazy
Well you're crazy
You know you're crazy

You know you are
Bring it down
You're fuckin' crazy


Nota: El día ha empezado con esta canción. Se la dedico a alguien que no deja en paz a mi amiga.

Sexo en la primera cita

GEWIS realizó para la revista GQ Gentlemen un sondeo –realizado en más de mil mujeres- en el que las entrevistadas priorizaron las virtudes que buscan en los hombres de la siguiente forma: buen humor (35%), buena apariencia (24%) e inteligencia (16%).

Contrariamente a lo que muchos suponen, la mayoría de las mujeres presta menos atención a la profesión (9%) y al dinero (5%) de estos posibles candidatos.

La mayoría de hombres y mujeres afirman que no suelen mantener relaciones sexuales en la primera cita. Es cierto que muchas mujeres piensan que los hombres que quieren sexo en la primera cita no tienen serias intenciones pero, a decir verdad, las mujeres tampoco tienen siempre intenciones de compromiso. A veces sólo queremos divertirnos.

Los pro y los contra de tener sexo en la primera cita varían entonces según los intereses de los integrantes de la pareja, la edad y la intención de comprometerse o no.

Los expertos dicen que si quieres tener una relación seria, si estás seguro que ésa es la persona con la que quieres estar mucho más tiempo que una noche, entonces tienes que esperar un tiempo. Postergar el encuentro sexual hará la relación mucho más firme.

¡Menudas chorradas!

¿O no?

sábado, 18 de febrero de 2006

La muerte de dos blogs

Si miran ustedes a la derecha de este texto, en la sección de links notarán ustedes un vacío. Había ahí dos enlaces que ya no están. Tanto "L'esprit de l'escalier" como "Psicosis urbana" han dejado de funcionar desde hace algo así como una semana. En uno de los casos sé que la responsable ha visto desaparecer su blog sin poder hacer nada al respecto. Quizá los dirigentes de La coctelera sepan algo, quizá habría que pedirles responsabilidades por esas palabras perdidas, por esas imágenes desaparecidas, por esos sentimientos y textos que se han esfumado quizá para siempre.

Me planteo qué ocurriría si, de repente, mi blog un día ya no funcionara y hubiera perdido todo lo que he escrito en él...

La parte terrible está en que de muchas de las cosas que escribo aquí no guardo copia alguna en ningún otro sitio. Efímeras palabras que quizá un día se lleve el viento. Quizá hay un riesgo en ello que estoy dispuesta a aceptar. Lo mismo que el riesgo de que (como ya ocurrió) alguien que, en principio no tenía por qué saber de la existencia de este espacio virtual, me lea, me reconozca y se tome a mal mis palabras.

¿También os ocurre a vosotros, compañeros y compañeras bloggers?

miércoles, 15 de febrero de 2006

Après Magrite



Los cachondos de ADLO! ironizan así con el tema de moda. Ya les he añadido (en los enlaces que ven a su derecha) porque últimamente me hacen reír muchísimo.

martes, 14 de febrero de 2006

¿En tu blog o en el mío?

He decidido hacerle caso a M. y coger algún día los periódicos gratuitos que muy amablemente me ofrecen por las mañanas en la estación de tren unos simpáticos repartidores al son de "buenos días".

Hoy, especial San Valentín, cómo no. Siempre me ha parecido una fiesta horrible, comercial y bla bla bla etcétera, y preferiblemente he celebrado siempre mejor Sant Jordi, una festividad preciosa que en Catalunya se viste de rosas y libros.

Leo en el 20 minutos que cuando nos enamoramos la hormona que aparece en nuestro cerebro es la oxitocina que se libera y fluye a través del torrente sanguíneo. Su función bloquea el estrés, se genera en el orgasmo y en el parto para contrarrestar el dolor y también es la responsable de estimular la producción de leche materna.

Y leo aún otra cosa más interesante o anecdótica: cambian los métodos para conocer a la pareja ideal y, si hace poco eran los chat los reyes del ligoteo, ahora lo son los blogs o bitácoras personales. Al fin y al cabo es lógico. En el blog algunos se vacían sentimentalmente (¿nos vaciamos?), expresamos nuestros gustos, nuestros deseos, nuestras aficiones, cosas íntimas que, paradójicamente, algunos no contarían ni a sus mejores amigos... Muchas veces hay una foto y un correo electrónico del propietario... Por lo visto se está poniendo de moda pasar del tonteo via blog (yo te visito, me mola cómo escribes, visíta el mío, etc.) a quedar en persona. Supongo que es una manera tan válida como cualquier otra...

En estos días parece que los que no tienen pareja se sientan más desamparados. A mí me ha ocurrido: un Sant Jordi en el que la única rosa que recibes es la de tu padre (y gracias) no es lo mismo. Y en un San Valentín sin pareja cuando dices "pero si es una fiesta comercial" algo resuena en tu interior para advertirte que quizá lo rechaces porque no tienes con quién celebrarlo.

Por cierto, cotilleo: Barbie se va a reconciliar con Kent.

Hello, I'm Batman. When I was just a child, my parents were murdered right in front of my eyes. I made a solemn vow that day to commit my life to fighting crime. I've sacrificed my childhood and any efforts toward personal enjoyment. My nights are spent in deadly combat with everything from common street thugs to grotesque psychopaths. What little sleep I ever get is usually interupted by horrible nightmares and my waking up soaked in sweat. I fight a war that can never be won. I strive toward a goal that can never be reached. I am haunted. I am relentless. I am tortured.

Won't you be my valentine?

Walk the Line


Love Is A Burning Thing
And It Makes A Fiery Ring
Bound By Wild Desire
I Fell Into A Ring Of Fire

CHORUS:

I Fell Into A Burning Ring Of Fire
I Went Down, Down, Down
And The Flames Went Higher

And It Burns, Burns, Burns
The Ring Of Fire
The Ring Of Fire

I Fell Into A Burning Ring Of Fire
I Went Down, Down, Down
And The Flames Went Higher

And It Burns, Burns, Burns
The Ring Of Fire
The Ring Of Fire

The Taste Of Love Is Sweet
When Hearts Like Ours Meet
I Fell For You Like A Child
Oh, But The Fire Went Wild

CHORUS:

I Fell Into A Burning Ring Of Fire
I Went Down, Down, Down
And The Flames Went Higher

And It Burns, Burns, Burns
The Ring Of Fire
The Ring Of Fire

I Fell Into A Burning Ring Of Fire
I Went Down, Down, Down
And The Flames Went Higher

And It Burns, Burns, Burns
The Ring Of Fire
The Ring Of Fire

And It Burns, Burns, Burns

The Ring Of Fire
The Ring Of Fire

The Ring Of Fire
Written by June Carter and Merle Kilgore

Recorded by Johnny Cash on 3/25/63

Number one - County Chart; Number 17 - Pop Chart

lunes, 13 de febrero de 2006

Como la nieve


So Good-luck come, and on my roofe did light,
Like noyse-lesse Snow; or as the dew of night:
Not all at once, but gently, as the trees
Are, by the Sun-beams, tickel'd by degrees.


Así pues, llegó la buena suerte y se posó en mi tejado,
como nieve silenciosa, o como el rocío de la noche:
no de golpe, sino suavemente, como los rayos del sol
acarician poco a poco los árboles.


Robert Herrick
(poeta inglés del siglo XVII)

jueves, 9 de febrero de 2006

Where's Neil when you need him...?

Al abrir los ojos pienso: hoy va a ser un día muuuy largo... Hoy es un día rojo. Mal día para el rock & roll...

Hay mañanas en las que no me levantaría, en las que las sábanas cálidas parecen la mejor protección contra el mundo. Quiero hacerme la enferma y, como los niños en las películas, calentar el termómetro en la bombilla y escabullirme de las obligaciones. Pero ya no tengo diez años, por desgracia. Y no soy Holly Golightly.

Algunos, quizá con razón, lo llamarán gandulería o vagancia, pero yo lo veo como un pesar existencial mucho más grave. El día de hoy se me antoja absolutamente prosaico, como la pesada bolsa con la carpeta de la facultad, el bocadillo de media mañana envuelto en papel de aluminio y el tupper con los pimientos rellenos... ¿Dónde está la magia cuando la necesitas?


by Rebecca Kitchin

En días como hoy mueren las hadas. Y a mí me resulta terríblemente difícil ponerme las alitas, vestirme y afrontar la relidad gris y fea. Se ha deshecho el ensueño, no queda nada de glamour, necesito que alguien venga a pintarme de colores, que alguien ponga color en este día tan espantosamente banal. Necesito vestidos de princesa, un campo de amapolas, zapatos hechos para bailar, pasteles de chocolate, conejitos, fiestas sorpresa... Me asalta la sensación de que necesito tiempo para leer, para escribir, para escuchar música, para ir al cine, para ver Los Soprano, para no hacer nada...

Y me siento estúpida si reflexiono sobre ello porque ya he tenido tiempo para hacer todo eso durante muchos meses. Supongo que sólo es que ahora lo añoro y necesito tiempo para aclimatarme. Pero hoy me pesan las alas...

miércoles, 8 de febrero de 2006

Diccionario de nombres propios



Por otra parte, tener diez años es lo mejor que le puede ocurrir a un ser humano. No digamos a una pequeña bailarina aureolada con el prestigio de su arte.

Diez años es el momento más radiante de la infancia. Ningún síntoma de la adolescencia asoma todavía en el horizonte: sólo la infancia más madura, rica en una experiencia ya prolongada, sin ese sentimiento de pérdida que asalta desde los inicios de la pubertad. A los diez años no se es forzosamente feliz, pero se está forzosamente vivo, más vivo que cualquiera.

Amélie Nothomb

martes, 7 de febrero de 2006

¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?

Qué curioso...

A veces mi mala memoria me juega malas pasadas. A veces no estoy segura de haber leído algo hasta que vuelvo a leerlo. Me ocurrió con un libro insulso de Arthur C. Clarke llamado El martillo de Dios. Lo cogí de la biblioteca llamada por el nombre de su autor y hasta que no iba por la página 200 no me di cuenta de que aquello ya lo había leído. Terrible, ¿no? Tengo memoria de pez.

Hoy me ha ocurrido lo mismo cuado otra bloggera ha mencionado a Raymond Carver... Recordaba haber leído Short Cuts pero no ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor? (título emparentado al de otro bloggero cuya página frecuento, náufrago de cyberdark.net). Sin embargo, cuando leo otra vez el cuento Vecinos me asalta de nuevo esa extraña sensación. Por unos momentos recuerdo el poso que dejó ese cuento, el estado de ánimo que transmite, y no estoy segura de si lo he soñado, lo he imaginado yo o lo he escrito en otra vida... Esos segundos de brillante extrañeza me aterran y me encantan a la vez.

Ahora estoy con Diccionario de nombres propios, de Amélie Nothomb. Un libro liviano, hermoso, delicado y fascinante como la protagonista de la historia que explica. Al volver a viajar tanto en tren vuelve el placer de la lectura diaria. Contrariamente a lo que sería lógico, cuando tengo más tiempo libre leo menos. Ahora leo en los trayectos (en tren, en autobús) como cuando era universitaria...

¡Eh, pero si aún o soy! El jueves comienzan de nuevo las clases y tedré que volver a la olvidada rutina de cuando trabajaba en La Pedrera: los bocatas, los tupperwares a rebosar de ensalada de pasta, el preparar la comida del día siguiente la víspera... Me da algo de pereza, para qué engañarnos.

P. D. Por cierto, el título de este post es aquello que nos gustaría decirle muy educadamente pero con firmeza a la típica persona pesada, con incontinencia verbal e ínfulas de saberlo todo. Qué a gusto nos quedaríamos si no nos refrenara nuestra educación y el rol social.

lunes, 6 de febrero de 2006

Conversation With God



Dios: Bienvenida al final de tu vida. ¿Cómo te llamas?
Tori: Mi nombre es Tori Amos.

Dios: ¿Y cómo te describes a ti misma?
Tori: Creo que me describiría como... Atila la Dulce.

Dios: Estás a punto de empezar tus últimas 24 horas en el planeta Tierra. ¿Hay algo que quieras confesar?
Tori: Ni hablar. No, no voy a hacer eso.

Dios: ¿Dónde pasarás el último día de tu vida?
Tori: Cerca de algo de pasta, porque es lo mejor. Es la cosa más rica. No me importa dónde esté mientras haya un cocinero italiano grande y gordo cerca.

Dios: ¿Con quién tendrás sexo?
Tori: Con el Lobo. Es un hombre realmente sexy. Un hombre muy muy sexy.

Dios: ¿Qué música escucharás?
Tori: Zeppelin. Porque son muy apasionados para mí y son... va más allá de los miedos esa música.

Dios: ¿Qué película verás?
Tori: Um... Veré El libro de la selva. Adoro El libro de la selva.


Dios: ¿Qué vicios satisfarás?
Tori: La pipa de la paz y algo de pasta con salsa de crema porque normalmente no puedo comer ningún lácteo cuando estoy de gira. Así que me zamparé montones de cosas que engorden y no irán a mis muslos porque nunca más tendré un cuerpo, así que no importará.

Dios: ¿Cómo te gustaría morir?
Tori: Con la puesta del sol.

Dios: ¿Cómo te gustaría que fuese dispuesto tu cuerpo?
Tori: Quiero ser quemada. Definitivamente quemada, como las brujas.

Dios: ¿Cómo esperas que sea la otra vida?
Tori: Muy parecida a ésta, para ser sincera. No creo que vaya a haber una inmensa diferencia, no es como si de repente vaya a tener un helado con queso o algo así. Realmente no sé por qué hablamos tanto sobre ello aún. Creo que la otra vida es una continuación de las lecciones, así que no pienso que haya grandes cambios. Quizá la forma en que veo este sitio cambie, que lo mire con una perspectiva diferente.

Dios: ¿Cómo piensas venderte a San Pedro?
Tori: Afortunadamente seré capaz de estar con María Magdalena antes de ir a ver a Pedro. Y ella sabe todas las cosas sucias de Pedro.

jueves, 2 de febrero de 2006

Silbando al trabajar


El trabajo es el refugio de los que no tienen nada que hacer.

Oscar Wilde

miércoles, 1 de febrero de 2006

Puertas que se cierran

Jamás quemé los puentes al huir. Siempre consuela ver puertas abiertas tras de ti, aunque te asuste lo que ves al girarte. Aunque en ese momento pienses que no querrás volver nunca.

Quizá lo hice tarde y mal. Me llevaron los demonios, me desmoronaron toda, me arrojaron al abismo y contra todos. Me despedacé contra las rocas de mi locura. Y tras estirarme y encogerme cientos de veces me quedé sin forma que recuperar. Y tuve que inventarme toda de nuevo. Y mirarme al espejo y volver a ver unos ojos arrasados por el agua, y una boca tras la mueca, y el pelo rojo irritado, y piernas para correr y unos brazos ansiando ser asidos y unas manos rebosantes de caricias. Y poner una sonrisa allí y una nueva esperanza allá. Y mirar el interior de mis muñecas, de venas azuladas, sin sarcasmo. Tardé pero quizá era el tiempo que necesitaba, boqueando como un pez fuera del agua. Desprenderse de una piel para volver a ser la misma, o para superar a la anterior yo.

Y al volver a las puertas las encuentro tapiadas por la incomprensión y el rencor. Los puentes cuelgan apenas de sus asideros mostrando que antaño hubo un paso allí.


DOOR, Cyntia Greig

Y me quedo llorando, luchando contra cerrojos más fuertes que la amistad y el tiempo, contra cerrojos que no aceptan perdones. Y me siento a pensar bajo un cielo de dedos que me señalan y de miradas aviesas. ¿Qué hacer cuando las básculas señalan "demasiada grasa" y cuando las personas en las que creías te defraudan o dicen que tú les defraudaste a ellas y cuando te giran la espalda y te dejan fuera?

Rasco un poquito la puerta. Cantos de melancolía. Rasco otro poco, gimiendo. ¡Perro malo! Molesto, molesto, molesto... Culpable, culpable, culpable... Vuelan palabras afiladas y cargadas de odio y no puedo soportarlo, no quiero soportarlo. ¿Vale la pena? Nunca me ha gustado estar donde no se me quiere.

Adiós, adiós, adiós...