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martes, 7 de febrero de 2006

¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?

Qué curioso...

A veces mi mala memoria me juega malas pasadas. A veces no estoy segura de haber leído algo hasta que vuelvo a leerlo. Me ocurrió con un libro insulso de Arthur C. Clarke llamado El martillo de Dios. Lo cogí de la biblioteca llamada por el nombre de su autor y hasta que no iba por la página 200 no me di cuenta de que aquello ya lo había leído. Terrible, ¿no? Tengo memoria de pez.

Hoy me ha ocurrido lo mismo cuado otra bloggera ha mencionado a Raymond Carver... Recordaba haber leído Short Cuts pero no ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor? (título emparentado al de otro bloggero cuya página frecuento, náufrago de cyberdark.net). Sin embargo, cuando leo otra vez el cuento Vecinos me asalta de nuevo esa extraña sensación. Por unos momentos recuerdo el poso que dejó ese cuento, el estado de ánimo que transmite, y no estoy segura de si lo he soñado, lo he imaginado yo o lo he escrito en otra vida... Esos segundos de brillante extrañeza me aterran y me encantan a la vez.

Ahora estoy con Diccionario de nombres propios, de Amélie Nothomb. Un libro liviano, hermoso, delicado y fascinante como la protagonista de la historia que explica. Al volver a viajar tanto en tren vuelve el placer de la lectura diaria. Contrariamente a lo que sería lógico, cuando tengo más tiempo libre leo menos. Ahora leo en los trayectos (en tren, en autobús) como cuando era universitaria...

¡Eh, pero si aún o soy! El jueves comienzan de nuevo las clases y tedré que volver a la olvidada rutina de cuando trabajaba en La Pedrera: los bocatas, los tupperwares a rebosar de ensalada de pasta, el preparar la comida del día siguiente la víspera... Me da algo de pereza, para qué engañarnos.

P. D. Por cierto, el título de este post es aquello que nos gustaría decirle muy educadamente pero con firmeza a la típica persona pesada, con incontinencia verbal e ínfulas de saberlo todo. Qué a gusto nos quedaríamos si no nos refrenara nuestra educación y el rol social.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Has leído algo más de Amélie Nothomb?


Me encanta lo que dice de esta mujer la wikipedia: Le gustaría reencarnarse en esponja para poder absorberlo todo sin molestias, se pretende "embarazada" de sus novelas y le gustan las frutas pasadas, que la hacen vomitar. Estos rasgos bastan para caracterizarla: Amélie Nothomb ha convertido esas extravagancias en argumento publicitario. Pero también son "estrictamente verdad", añadiría la autora con una voz particular que seduce o fastidia, como su personalidad en general.

Nuala dijo...

Qué va, es lo único que he leído de ella y la verdad es que me gusta, tiene personalidad. Sus protagonistas son como un alter ego, extrañas, fascinantes, contradictorias...

Prueba con éste, son apenas 130 páginas, de los que te enganchan desde la primera y duran un suspiro.

Anónimo dijo...

bah. no te sientas rara ¿eh? que a mi me pasó exactamente lo mismo que a ti. Leí vidas cruzadas hace seis meses y hace una semana leí ¿quieres hacer el favor de callarte por favor? y no me había dado cuenta, hasta cierto punto, que algunos de los cuentos ya los había leído. También me las agarré con mi memoria pero no tengo un blog para expresar esa sensación.