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viernes, 30 de diciembre de 2005

¡Feliz 2006!

Último post del año...

De un buen año en el que he salido de un pozo depresivo, de un círculo sin salida que me tenía atrapada, he vuelto a las aulas, he conocido a mi pareja y he aprendido, con rehabilitación, a decir "t'estimo". Un año de novedades, de conocer a un montón de gente con la que comparto aficiones, con la que siento gran afinidad. Un año en el que el balance de cosas buenas y malas se decanta claramente de forma positiva. Tras la tempestad llegó la calma. Me siento más serena, más centrada, más querida y tranquila. Salvo tristes excepciones estoy con la gente que quiero estar, con la que me ha demostrado que me aprecia, con aquellos que me hacen sentirme a gusto. Creo haber encontrado mi sitio tras andar perdida. También tras la tristeza llega la recompensa: me noto más adulta en mis decisiones, un poquitín más sabia en mis relaciones y en mis elecciones.

Queda mucho por andar en este camino, mucho por hacer, mucho que mejorar dentro de mí y en lo que me rodea, por supuesto. Pero se ha recorrido una importante jornada en este año que dejamos. Seguiré equivocándome y tropezando, porque así es la vida. Pero seguiré pidiendo perdón y disculpándome si hace falta. Cada vez que haga falta.

Dentro de un rato me imagino a mí misma enrollando makis, preparando tostadas de paté, rellenando crêpes, envolviendo dátiles en bacon... Como una hormiguita histérica. Cena para séis en casa de R. Nos acompañan otras dos parejas, una de ella de riffers. La cosa promete. Espero no ser una pesada. Seguro que todo sale fantástico y lo pasamos en grande. Y después de cenar y beber y beber cuando me pese y vea dónde han ido todo eso que he zampado sólo podré imaginar a Tori Amos enseñando el dedo corazón con odio mientras canta "girls that eat pizza and never gain weight, never gain weight, never gain weight ..."

¡Feliz Año Nuevo!

La princesa y el guisante


"La vida de cada hombre es un cuento de hadas
escrito por la mano de Dios."

Hans Christian Andersen


El 2005 ha sido el año del bicentenario de Hans Christian Andersen, finalizado oficialmente el 6 de diciembre. Un hombre que salió de la extrema pobreza con tesón y trabajo, que probó en el teatro, en el dibujo y, finalmente, alcanzó fama mundial escribiendo cuentos. Fue admirado y honorado mientras vivía, viajó por todo el mundo y conoció a los célebres de su época...

Recuerdo los cuentos de éste danés uno por uno. Todos los que aparecían en un libro ilustrado (¿de quién serían aquellos preciosos dibujos?) que tenía de pequeña y releía una y otra vez. Sus cuentos estaban llenos de una fe ciega en la bondad de las personas (que procuro compartir aunque no crea en Dios como él) y, muchas veces, también reflejaban un alma atormentada y solitaria, la amargura de un hombre que sufrió las penurias de la pobreza, que amó a seres de ambos sexos pero jamás mantuvo una relación adulta.

A veces pienso cuánto de mí, de mi carácter, de mi forma de ser y de amar, le debo a Andersen y sus cuentos. Cómo una pequeña niña impresionable fue moldeada por esos cuentos tristes y melancólicos la mayoría de las veces. Aún hoy sigo siendo la princesa que nota el guisante sobre 20 colchones... Y me sigue estremeciendo, como cuando era pequeña, el cuento que explica cómo una madre intenta arrebatar de las garras de la muerte a su hijo en Historia de una madre... (léanlo, no se lo pierdan).

Espero haber despertado un mínimo interés entre los que no conocen la obra de este gran escritor. Su Sirenita no tiene nada que ver con la de Disney. Sus cuentos han sido injustamente modificados y dulcificados por la tradición. Muchos son desconocidos por las generaciones de hoy en día. En mi época todo el mundo (bueno, quizá exagero) había leído La vendedora de mistos... Podéis encontrar muchos de los cuentos de Andersen en formato electrónico aquí:

Cuentos de Hans Christian Andersen

martes, 27 de diciembre de 2005

Post- Navidad y Pre- Nochevieja

Días movidos y de empachos.
Días de decepciones y de alegrías.
Días de lágrimas y de risas.
Días de regalos estupendos: ¡veré a los Rolling Stones en directo!

Y ahora es tiempo de pensar en el menú de Nochevieja que, por primera vez en mi vida, tengo que preparar. Es tiempo de volver a escuchar los discos que has votado como mejores del año. Es tiempo de hacerse buenos propósitos para el año que viene:

- Vivir intensamente cada segundo.
- Quererme más a mí misma.
- Ser más cariñosa y demostrar más cuánto quiero a los que quiero.
- Ver más cine, escuchar más música, leer más libros y cómics, ir a más conciertos y exposiciones (más aún...).
- Ser positiva, encontrar un trabajo, seguir estudiando.
- No dejar las cosas para el último momento.
- Ser más puntual y menos vaga.
- Comer un poco menos y cuidarme un poco más.
- Escribir más, dibujar tal vez, crear más.

Se me irán ocurriendo más cosas de aquí al 31, cuando coma las 12 uvas (que previamente habré pelado y dejado sin pepitas) al ritmo de las doce campanadas, cierre los ojos, sonría y piense que no ha sido en absoluto un mal año. Pretty Good Year...

jueves, 22 de diciembre de 2005

¡Feliz Navidad!


Me aprovecho de la felicitación creada por el siempre genial Roger Tallada (además de que su estupendo trabajo está a la vista... ¡qué voy a decir yo!) para desearos a todos y a todas lo mejor para estas fiestas y para el año que está a punto de empezar.

martes, 20 de diciembre de 2005

Hoy recomiendo:

La liga de los caballeros
extraordinarios

Alan Moore y Kevin O'Neill


Cómics con semejante densidad argumental y intertextualidad se pueden contar con los dedos de una mano. Y seguramente tres de ellos (si no más) son de este mismo autor.

"La liga de los caballeros extraordinarios" es un grupo formado por personajes de la literatura decimonónica. Moore nos muestra que son monstruos con una pretensión supuestamente heroica ("caballeros extraordinarios" es un eufemismo para "freaks"). Mina Harker, a la que el autor imagina finalmente vampirizada tras los acontecimientos de la novela de Stoker, es quien los dirige (sí, una mujer, aunque el título dice "caballeros", nótese la reflexión sobre el sexismo de la sociedad inglesa del s. XIX) . El extraño grupo incluye al Capitán Nemo, creado por Jules Verne, a Allan Quatermain, de "Las minas del Rey Salomón" (ahí se ve la mala leche que destila toda esta obra: el gran "explorador colonial" junto al gran enemigo del imperio de Su Majestad), también al Dr. Henry Jekyll (y su lado oscuro Edward Hyde), y a Hawley Griffin, el amoral descubridor de un suero que lo hizo invisible (Jekyll y Griffin representan claramente la esquizofrenia moral de la sociedad victoriana y la lucha animalidad/ racionalidad, moralidad represora/ locura que hay implícita en ella).

La acción transcurre entre la parodia sangrante, la burla despiadada y el homenaje más emotivo a la literatura de evasión del s. XIX, en un Imperio Británico reinventado (la base de operaciones del grupo es el Museo Británico) en el que predomina la arquitectura postmoderna y gigantista, la propaganda imperial exagerada, y las maravillas tecnológicas imposibles (y no tan imposibles) imaginadas por Verne y otros. El gótico y recargado trabajo de las ilustraciones de O'Neill es perfecto para la historia: entre la maravilla y la fealdad.

Hay acción, drogas, sexo, luchas, sangre, explosiones... pero no nos engañemos ante las apariencias. Esta no es una obra ligera, Moore siempre será Moore y estamos ante humor superheroico sobre las tensiones sexuales, coloniales y políticas del imperio. Es una crítica histórica del país que le vio nacer (a ver si aprenden los estadounidenses) a la vez que un gran homenaje a un género que personalmente adoro.

Es todo un reto buscar todas las referencias y alusiones que se encuentran en los inteligentísimos diálogos o en los fondos: vueltas de tuerca, lugares comunes (la intervención del detective Dupin), incorporación de muchas y ricas fuentes literarias de mitología industrial y preindustrial (como el busto del Barón de Münchaussen que se ve al fondo de una viñeta), chistes literarios, alusiones históricas descontextualizadas ("la idea de que una nación rival como Alemania pueda... someter Inglaterra a un bombardeo aéreo...") o pura y simple especulación sobre un pasado industrial que nunca existió.

Y, para acabar de rematar el pastel con una guinda, Alan Moore nos regala al final de cada número un pastiche novelesco por entregas (como los folletines de finales del s. XIX) con Allan Quatermain como protagonista, enfrentándose a morlocks y a las mismísimas divinidades lovecraftianas que amenazan la existencia de la vida humana y con compañeros tales como, por ejemplo, El Viajero del Tiempo.

No hay excusa (la película se queda en anécdota) para perderse un cómic como este. Recomiendo efusivamente que vayan ahora mismo a comprarlo. No se arrepentirán.

Y si les gusta... a por el segundo número. Los caballeros Extraordinarios y La Guerra de los mundos de Wells unidos por la mano del siempre magistral Alan Moore.

Otro artículo refrito (carezco de tiempo para escribir nada) aparecido previamente en Metaluna.

Relación asociativa o de afinidad

Estos días estoy muy ocupada con un trabajo para la facultad que me trae de cabeza. ¿Terminaré a tiempo para poder entregarlo el jueves? Hoy soñaré con aeropuertos, pilotos, pistas de aterrizaje y relaciones entre estos términos. Alguien que jamás haya construido un árbol de conceptos no puede entender lo tedioso, aburrido y frustrante que puede llegar a ser. Demos las gracias a todas esas mentes obtusas que fueron capaces de realizar tesaurus... Tienen ganado el cielo.

Y luego está la cena de Navidad que, de alguna manera, estoy organizando. Sólo me ocupo de contar a la gente, ponerla de acuerdo y hacer la reserva en el restaurante pero ya digo que cuando normalmente no me ofrezco a organizar este tipo de cosas es por algo. Me responsabilizo y deseo que todo salga bien hasta tal punto que me sentiré culpable si a alguien no le gusta su pizza o el camarero o el vino, me cabrearé si alguien llega tarde y, por su culpa, los demás esperan y desesperan, o si alguien no se siente a gusto con los compañeros de mesa que le han tocado en suerte. Lo veo venir. Por eso prefiero no organizar yo, e ir tranquila y sin preocupaciones a donde me digan, que a mí todo me va bien.

Cuando alguna vez he invitado a gente a cenar a casa (más veces sería si tuviera casa propia) soy la típica anfitriona histérica que no deja de dar viajes a la cocina para ver si todo sigue en orden, que no para de mirar la mesa como una posesa para ver si hay alguna motita en un cubierto o falta alguna copa. La típica que sufre al elaborar el menú porque sabe que a menganita no le gusta el queso y fulanito odia los huevos y no come pescado. Revoloteando de acá para allá sin poner el culo en la silla hasta que tienen que decirme "siéntate, mujer, que está todo perfecto" (y ni con esas) y que amarga la comida a todos puntualizando "el pan de los montaditos está algo remojado porque creí que vendríais antes" o "normalmente me sale más bueno, le falta algo de sal" o "si no os gusta este vino puedo abrir otra botella..." Además, siempre preparo demasiada comida por miedo a que se vayan a quedar con hambre. Seré la típica madre gorda que sobrealimentará a sus hijos (¿he dicho hijos?) y tendrá la nevera llena de sobras en tupperwares de diferentes tamaños y colores.



Estoy exagerando claramente pero odio desbordarme así. Aunque, si soy la anfitriona, pasar esos nervios tiene contrapartida porque adoro acoger a gente en mi casa y prepararles cosas ricas y hacerles sentir bien y a gusto. Me encanta la sensación de haberles hecho felices con la velada y haber compartido así mi vida, mi casa y mi comida con la gente que quiero. ¿Tendré, después de todo, un lado maternal?

domingo, 18 de diciembre de 2005

Hoy recomiendo...

Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay
Michael Chabon


No existen muchas novelas sobre el mundo y la historia del cómic visto desde dentro, sobre cómo se hacen cómics, sobre quienes hacen cómics. La mayoría de intelectuales (aunque ahora esté de moda lo contrario) desprecian el cómic de superhéroes dejándolo como poco más que "payasos en esquijama". Pero Chabon comprende la capacidad de los cómics de transportarnos a otros mundos, de emocionarnos (maravillosa evasión, él también es un fan). En esta novela asistimos al espectáculo de la creación de un arte. Una maravilla escrita con erudición, rigor histórico, amor e imaginación.

Se trata de una fábula sobre la creación de uno de los más importantes héroes de cómic, "El Escapista" (inexistente, aunque ahora se ha editado un cómic basado en este personaje de Chabon), por parte de dos chavales de origen judío (inspirados en Siegel y Schuster, creadores de Superman) en la ciudad de Nueva York justo antes de la II Guerra Mundial. Presenta la biografía y evolución de los dos protagonistas en el marco de una guerra lejana y absurda, la edad de plata de los cómics, la tiranía del mercado contra los derechos de autor, la brillantez creativa de una ciudad donde todo parece posible, el amor y el desamor, la creación de mitos... Houdini, el Golem de Praga, los forzudos de circo, las big bands de swing, Dalí, la Europa en guerra, Orson Welles, la homosexualidad, la censura, la mezcla de realidad y ficción... Un libro delicioso para todo aquel que quiera saber algo más sobre el mundo del cómic e imprescindible para aquellos que hayan pensado alguna vez que lo genial de los cómics es conseguir "zarpar hacia lo sublime en un barco construido con lo vulgar, lo despreciable o lo olvidado".

Este artículo fue escrito originalmente para la web personal de unos amigos en la que colaboré: Metaluna.

viernes, 16 de diciembre de 2005

El alto coste de la vida

Es curioso, pero en mis días buenos no pienso demasiado en ella. En realidad nunca, nunca le digo "hola" cuando tengo el sol en la lengua y mi barriga está caliente. En mis días malos hablo con Muerte constantemente. Pero no sobre el suicidio porque, la verdad, no es suficientemente dramático. La mayoría adoramos el escenario y el suicidio es, definitivamente, la última actuación. Y al ser adicta al escenario el suicidio nunca ha tenido ninguna oportunidad... Además, la gente te mira de arriba a abajo y se fija en las partes con más grasa y no puedes cruzar las piernas para conseguir ese ángulo en el muslo que tanto te favorece. Y eso es muy deprimente.

Así que hablamos.


Dice cosas que a nadie más se le ocurren, como "vamos a comer un perrito caliente". Y luego es como si nada fuese imposible.


Una vez me dijo que hay una parte de ella dentro de todos nosotros, aunque Neil cree que soy más Delirio que Tori, y Muerte me enseñó a aceptar eso, ¿sabes?, a lucir mis mariposas con orgullo. Y cuando acepto eso sé que Muerte está en algún lugar dentro de mí. Era la clase de chica que todas querían ser, creo que porque aceptaba "lo que es". Siempre me recuerda que "lo que es" cambia, pero no puede haber cambio si no se acepta "lo que es".


Como ayer, todos los aparatos de grabación se estaban averiando otra vez...


Casi perdimos una toma master y el grupo se iba mañana y no podíamos tocar nada de música hasta que arreglaran aquello. Estamos en medio de ninguna parte en el desierto y mi ser quiere arrastrarse hasta debajo de un cactus y enterrar la cabeza en la arena. En vez de eso me teñí el pelo y ella me visitó y empecé a aceptar el fregado en el que estoy metida. Sé que "fregado" escrito al revés es "odagerf" y me siento mucho mejor armada con esa información. Estas últimas horas he permitido que me sintiera derrotada y, como dijo ella, si te dejas que te sientas tal y como te sientes de verdad quizá ese sentimiento ya no te asuste más.


Cuando estás de rodillas estás más cerca del suelo, de alguna manera las cosas parecen más cercanas.


Si sólo sé decir "no estoy en este pantano, no estoy en este pantano", entonces no hay ninguna cuerda delante mío y no hay ningún caimán detrás mío y no hay ninguna chica sentada al borde comiéndose un perrito caliente. Y, si no creo en todo eso, entonces morir sería la única respuesta. Porque entonces Muerte ya no podría venir y decirme "de perlas" nunca más. Y, después de todo, tiene un hermano que cree en la esperanza.



Tori Amos

Prólogo a "Muerte, el alto coste de la vida" escrito por Neil Gaiman e ilustrado por Chris Bachalo, Mark Buckingham y Dave McKean.

jueves, 15 de diciembre de 2005

What (the fuck) is doin' Pamparius?

Hoy debería hablar del fabuloso y divertidísimo show de Turbonegro ayer en la sala Apolo de Barcelona. O de cómo un puñado de foreros andamos huérfanos y desesperados por el cierre temporal de Riff-fanzine. Pero como no quiero hablar de mí de nuevo cambiemos de tercio.

Es divertido saber que alguien que buscaba en Google "las tetas de Concha Velasco" (así, tal cual) diera con mi página.

Creo que quien quisiera tener el blog más visitado debería limitarse a postear las palabras más buscadas en Google, intuyo que relacionadas todas ellas con el sexo (si alguien llega aquí buscando ésta última va a acabar un poco decepcionado, me temo).

Me he puesto a investigar sobre este particular y resulta que existe una web (Word Tracker) donde puedes suscribirte de forma gratuita para recibir semanalmente un listado con las principales búsquedas en internet de las últimas 24 horas y de los 2 últimos meses. El porcentaje se reparte más o menos así:

Sexo - 56,06%
Internet - 16,58%
Famosos - 8,38%
Humor - 3,77%
Viajes - 3,07%
Salud - 2,44%
Juegos - 1,74%
Cultura - 1,67%
Manga - 1,40%
Música - 1,32%
Televisión - 1,21%
Meteorología - 1,19%
Animales - 1,16%

Las 15 palabras más buscadas (y si llegas aquí por eso ya te estás pirando porque no voy a colgar fotos de Paris Hilton en pelotas), sin distinción de temática, son:

1 - sex - sexo
2 - porn - sexo
3 - pussy - sexo
4 - google - Internet
5 - ebay - Internet
6 - tits - sexo
7 - hentai – sexo/manga
8 - yahoo - Internet
9 - boobs - sexo
10 - milf - sexo
11 - paris hilton - Famoso Cine
12 - health - Salud
13 - jokes - Humor
14 - free porn - sexo
15 - nude - sexo

No hay casi nada de eso por aquí, lo siento.



Por cierto, el inpronunciable nombre real noruego de Pamparius es Pål Bøttger Kjærnes.

lunes, 12 de diciembre de 2005

You've Got A Friend

Tras las últimas demostraciones de excesivo exibicionismo emocional en este blog decidí no volver a escribir sobre mí. Al menos no con tanta frecuencia. Sé que no lo cumpliré porque no nos engañemos: esto trata sobre mí y sé que soy fundamentalmente emocional hasta la médula. Vean ustedes como vuelvo a caer en lo mismo...

Ayer, volviendo a casa por la noche en el autobús (instante que siempre me depara grandes momentos musicales), escuché una canción de la que se ha hablado mucho por ahí, y la sola frase del comienzo quedó resonando: Hope there's someone/ Who'll care of me/ When I die...".
No es nada original ni nada que no se haya dicho nunca antes en toda la historia de la música pero sigue impresionando escucharlo. Porque todo lo que deseamos es tan fácil o tan difícil como eso. Al final resulta que todos queremos lo mismo, que todo el mundo necesitamos lo mismo. Una mano que estrechar cuando morimos. Y esto se traduce en otras muchas más cosas y no sólo en que nos aterrorice, como animales sociales que somos, morir solos... Nos pasamos la vida buscando una mano (o varias) que nos sostengan cuando ya no tengamos fuerzas para seguir. Manos que llegaran sin nosotros pedirlo, que darán sin pedir nada a cambio...

Buscamos el amor, la amistad, el cariño de hijos, padres, abuelos, tíos, compañeros de trabajo o de estudios, compañeros de foro... porque esa es la manera de no sentirnos solos y porque así es como somos felices. Y esperamos que habrá alguien cuidándonos si enfermamos, que habrá alguien escuchándonos y dándonos consejos cuando nos equivocamos, consolándonos cuando sufrimos, apoyándonos cuando perdemos, alegrándose con y por nosotros cuando triunfamos.

Y es hermoso cuando te das cuenta de que esas personas existen a tu alrededor. Es hermoso pensarlo. Y desolador pensar que hay gente tan pobre que ni siquiera tiene eso.

Creo que el éxito de los blogs personales está en saber que lo que nosotros pensamos o sentimos es compartido por alguien más. Que alguien ahí fuera también se siente triste, tampoco es correspondido en el amor, también es feliz (o desgraciado) en su cumpleaños, también pierde a seres queridos y los llora, que adora la misma canción que nosotros, que tiene neuras, que se enamora...

¿Es esto producto de la Navidad y las lucecitas centelleantes en las calles?
¿Es por la muerte de mi abuelo?
¿Es por Anthony & The Johnsons?
¿Es porque me siento afortunada?


Life lines por Dave McKean

Tengo que resolver ciertas cosas antes de que acabe el año. Me gustaría reencontrarme con algunos viejos amigos que por mi culpa y sin saber cómo ni por qué fueron quedando de lado...

Todo lo que puedo decir es lo siento...


You've Got A Friend


When you’re down and troubled

And you need a helping hand

And nothing, whoa nothing is going right.

Close your eyes and think of me
And soon I will be there

To brighten up even your darkest nights.


You just call out my name,

And you know whereever
I am
I’ll come running, oh yeah baby
To see you again.
Winter, spring, summer, or fall,

All you have to do is call

And I’ll be there, yeah, yeah, yeah.

You’ve got a friend.


If the sky above you
Should turn dark and full of clouds

And that old north wind should begin to blow

Keep your head together and call my name out loud

And soon I will be knocking upon your door.

You just call out my name
and you know where ever I am

I’ll come running to see you again.

Winter, spring, summer or fall

All you got to do is call

And I’ll be there, yeah, yeah, yeah.

Hey, ain’t it good to know
that you’ve got a friend?

People can be so cold.

They’ll hurt you and desert you.

Well they’ll take your soul if you let them.

Oh yeah, but don’t you let them.

You just call out my name
and you know wherever I am

I’ll come running to see you again.

Oh babe, don’t you know that,

Winter spring summer or fall,

Hey now, all you’ve got to do is call.

Lord, I’ll be there, yes I will.

You’ve got a friend.

You’ve got a friend.

Ain’t it good to know you’ve got a friend.

Ain’t it good to know you’ve got a friend.
You’ve got a friend.

James Taylor

sábado, 10 de diciembre de 2005

Aenima

Los griegos creían que, al morir, el alma salía por la boca como un suspiro. Debieron llegar a esta conclusión observando que cuando alguien está a punto de morir respira con más profundidad y luego el cuerpo expulsa el aire último de los pulmones.

Yo espero que cuando exhaló el último suspiro mi abuelo antes de ayer, una chica hermosa y sonriente viniese para llevárselo de la mano de este mundo. Al descanso eterno, al cielo o al infierno o a la nada.


Death por Chris Bachalo

miércoles, 7 de diciembre de 2005

La mujer de sus sueños

Desde el primer momento en que la vio algo saltó en su interior y supo que sería la mujer de sus sueños. Llevaba un larguísimo abrigo negro envolviendo por completo su espigada figura y las manos hundidas en los bolsillos. Su cara delgada y expresiva sobresalía por encima de la bufanda y estaba enmarcada por unos rebeldes rizos rojizos. Daba saltitos para quitarse el frío mientras esperaba el tren en el andén. Era la mujer más hermosa que había visto nunca.

Sonrió de soslayo y con comprensión cuando a él, con su torpeza habitual, se le cayó la carpeta llena de apuntes. Algunos se esparcieron por el suelo y un folio fue a volar hasta sus pies, grandes, dentro de unas botas militares. Se acercó y ella se agachó a recogerlo y se lo entregó con una dulce sonrisa sólo para él (que hizo que se removieran unas mariposas en su estómago) y con lo que creyó la voz de un ángel le dijo:

- Éste casi consigue escapar...

Él le miró la mano que le tendía. Y las uñas, arregladas y no muy largas. Y se imaginó cómo serían al arañar su espalda, siendo arrastrada por la pasión. La imaginó desnuda, delgada, con sus largas piernas rodeándole, de veintre plano y pechos pequeños pero hermosos. Imaginó su cuerpo esbelto retorciéndose de placer, su voz al oído, pidiendo más y jadeando. Ese pensamiento, irremediablemente, le provocó una erección y la erección le hizo ponerse colorado como un tomate. Rió tontamente mientras cogía el folio y medio tartamudeó un "gracias".

Esas imágenes iluminaron su vida durante semanas. Durante meses. Durante años.

Llegaba a casa por las noches, se ponía los auriculares con su compacto favorito y se masturbaba en la oscuridad de su habitación pensando en ella.

Muchos años después (dos carreras, unas oposiciones a forense provincial y un matrimonio frustrado después, para ser más exactos) esperaba con impaciencia en la sala de autopsias la llegada de una sargento de policía, que venía con la víctima de un accidente de moto. Todos los compañeros le habían comentado lo buena que estaba. Y por allí se veía a pocas mujeres. Pocas que aún respirasen. Ése era un viejo chiste de forenses.

Definitivamente la sargento sólo era un par de tetas enormes unidas a una mujer más bien vulgar y poco interesante. Jamás le habían gustado las mujeres desbordadas como aquella. Le parecían poco femeninas, avasalladoras con sus pectorales desmesurados, como grandes matronas de la antigua unión soviética. Y tenía pinta de ser una cabrona también, con aquella cara de estreñida, dando órdenes a los camilleros, diciéndole a él que se diera prisa, que se quedara esa noche a hacer horas extras porque necesitaba el informe para ayer.

Habían dejado al motorista sobre la mesa, cubierto con una sábana, en medio de la fría sala con olor a formol. A éste no le ha salvado el casco, pensó. Cuando lo destapó casi se muere al ver su cara. Era una chica, con una cara delgada que debió ser expresiva enmarcada por unos rebeldes rizos rojizos. A pesar de los años transcurridos la reconoció. Le miró las manos y sus preciosas uñas redondeadas, pintadas de rojo amapola. Era tan hermosa como cuando la vio la primera vez en el andén. Y volvió a imaginarla pero esta vez sobre él, con las manos apoyadas sobre su pecho, cabalgándole, con el pelo alborotado y sus tetas saltando al ritmo de las embestidas. Ese pensamiento, irremediablemente, le provocó una erección.

Como era tarde y casi no quedaba nadie se encerró, la desnudó y la poseyó allí mismo, sobre la mesa de autopsias.

Después lloró un buen rato en silencio y al llegar a su casa se pegó un tiro en la cabeza con el revólver que guardaba en la mesita de noche.

martes, 6 de diciembre de 2005

De puente a puente...

Esta semana tiene varios domingos. O esa es la sensación que tengo.

Y eso es malo. Terríblemente malo cuando lo que quieres es que abran los bancos y te dejen disponer del poco dinero que te queda en una cuenta de ahorros, trasladándolo a la cartilla normal. Sí, porque de esa cartilla te descontaron sin avisar el importe de la matrícula de la facultad y resulta que, cuando vas al cajero, te dice que tu saldo actual es de 6'35 euros. ¿Qué cara de terror pones ante eso? ¿Qué eres en este mundo si no dispones de dinero ni para tomarte un cortado?

Nada, sin dinero no somos nada. Sin dinero no puedes ir a cenar, ni a tomarte una cerveza, ni ir al cine a ver Oliver Twist, ni comprar aceite de masajes para la espalda de R. o Neutrogena para sus manos secas, ni soñar siquiera en irte de casa... Te planteas por qué llevas las zapatillas rotas o los jerseis llenos de bolas. Te planteas lo que vale la T-10 o unas putas medias...

¡Necesito un trabajo con urgencia!

En el largo puente (que aún no ha acabado) he conocido a tres amigos de R. que aún no me había presentado. Todos ellos con pareja. Uno de ellos se va a Madrid a vivir con su novia. Otro se casa (a su pesar y por la iglesia) en cuatro meses. Y la otra pareja piensa tener cuatro o cinco niños. Cenamos y luego vamos a tomar unas copas. Son todos muy majos pero como de otro planeta en muchos aspectos. Sonrío ante preguntas como "¿y vosotros cuándo?", "¿os vais a comprar un piso?" o "¿no piensas tener hijos?". Yo pienso en encontrar la entrada perdida de Turbonegro, en la bici que R. me quiere arreglar para irnos de excursión y en que si me bebo otro ron añejo no respondo de mi líbido. ¡Maldita inmadura! ¡Así me va: con 6'35 euros en la cartilla, viviendo con mis padres y sin oficio ni beneficio! Venga, guapa, sonríe a la vida a salto de mata.

Quizá consiga un trabajo de reponedora o de cajera del Dia. Quizá algún desconocido y rico pariente lejano muera inesperadamente y me deje toda su fortuna porque mis iniciales coinciden con la School of American Ballet. O quizá me toque la lotería. Claro, que para eso tendría primero que comprar un boleto.



Al menos he encontrado la entrada de R. de Turbonegro...

domingo, 4 de diciembre de 2005

Cumpleaños Total


Lo mejor no es que tu cumpleaños caiga en fin de semana. Lo mejor es que caiga en lunes o en martes. Porque así lo celebras desde ese día (o el fin de semana anterior) hasta el fin de semana posterior. El placer se prolonga así durante más tiempo...

Por lo demás, fin de semana de luces y sombras. Luz, sombra y luz, diría.



Flash!

Concierto de dEUS.
22h, Sala Apolo, Barcelona.

Mi Riff- regalo de cumpleaños. Es la primera vez que voy a un concierto invitada, con pase de prensa, y me hace mucha ilusión que sea precisamente éste. Cuando llegamos los teloneros se han caído del cartel, así que decidimos irnos a tomar una cerveza y, al cruzar la calle, en medio del paso de peatones, nos cruzamos con Tom Barman, el cantante y líder del grupo. Me quedé embobada mirándole y fui incapaz de reaccionar. Ni autógrafo, ni saludo... Sólo le miré fijamente y él me miró pensando, seguramente, quién sería aquella psicópata. Siempre reacciono así, qué le vamos a hacer. Me resulta embarazoso hacer otra cosa. Podría haberle pedido que se hiciera una foto conmigo, podría haberle saludado y decirle que soy seguidora de su grupo hace años y que me encanta su trabajo. No sé, fui incapaz.

Una vez dentro, lleno hasta la bandera (entradas agotadas) y nosotros en primera fila para disfrutar del show. Me parece ver a un fantasma, pero sólo es un fantasma del pasado y lo dejo ir sin dificultad como la arena que se escurre entre los dedos. Disfruto del concierto y R. sonríe ante el hecho de que está completamente rodeado de mujeres. Así que quizá dEUS sean pop o salgan en el mondosonoro. Una gran noche que íbamos a continuar tomando una copa en La Perla (C/ La Perla 26) pero que acabó en un metro parado durante media hora.

Fade out...

Sábado por la tarde. Mi abuelo está en cuidados intensivos. Es muy mayor y ya lleva tiempo ingresando periódicamente en el hospital por dos anginas de pecho y problemas respiratorios. No es el abuelo con el que tienes una relación estrecha, que te da caramelos o te explica batallitas. Es más bien un abuelo callado y huraño que juega al domino en el bar y fuma Ducados y que, desde hace ya algún tiempo, está algo ido. Aún así salgo con lágrimas en los ojos. Cuando estoy allí, preferiría no haber ido. Aparte de cómo odio los hospitales, siempre creo que preferiría recordar a mi abuelo fumando y jugando al domino y no encogido, consumido en una cama enorme, enchufado a un respirador... Las salas de espera de cuidados intensivos son sitios horrendos de dolor y angústia, de dramas terribles y familiares apenados. Aún recuerdo que la última vez que estuve allí había la familia entera y los amigos de un chico de 20 años en muerte cerebral que se había golpeado la cabeza al tirarse a una piscina. Sin duda no es el mejor sitio para estar un sábado por la tarde.


Flash!

Sábado noche: cumpleaños con las amigas. Salgo con las niñas, las tres, las de siempre. A veces he celebrado cumpleaños con más gente pero hoy están las que realmente quiero que estén, mis dos amigas como dos soles. Hay cena y vino y más vino. Y charla y confidencias, como siempre. Y las bromas de siempre. Me regalan la figura de la novia cadáver. Me han hecho una tarjeta de felicitación (en una costumbre de fabricarla manualmente que inauguramos hace tiempo) en la que me recuerdan todo el tiempo que llevamos juntas, todas las cosas que hemos vivido, buenas y malas, y lo acompañan con un puñado de fotografías en las que estamos juntas. La más antigua es de 1996. Diez años de amistad y allí estamos, contando aún las unas con las otras. Me pongo tierna con la tarjeta y las fotos y lanzo un par o tres de brindis sensiblones. Aunque ahora hablemos de cremas antiarrugas y bromeemos con los que se casan o tienen piso o bebé somos más o menos las mismas de las fotos. Y me alegro de tenerlas conmigo. Acabamos bebiendo cerveza en un local y cantando a voz en grito "nadie puede hacerte daño" (del himno de Bebe, ¡madre mía!). Si tuviéramos algún sitio en condiciones nos iríamos a bailar como cuando teníamos 16 años y quedábamos en mi casa para pintarnos y hacer juegos de Tarot y hablar de los chicos. Me voy a dormir pensando que soy muy afortunada.

Las supernenas. Siempre juntas. Las quiero un montón.

martes, 29 de noviembre de 2005

Almanaque

Tal día como hoy:


1835 - En la primera aplicación en España de la ley marcial, Barcelona es declarada en estado de sitio por el general Espoz y Mina.
1870 - Nace el político catalán Enric Prat de la Riba.
1879 - El rey Alfonso XII se casa con la archiduquesa austríaca Maria Cristina de Hasburgo- Lorena en segundas nupcias.
1832 - Nace Louisa May Alcott.
1898 - Nace C. S. Lewis.
1899 - Joan Gamper, inglés residente en Cataluña, funda el Fútbol Club Barcelona.
1929 - Richard Byrd realiza el primer vuelo sobre el Polo Sur.
1904 - Gran temporal de nieve en Madrid.
1932 - Nace Jacques Chirac.
1939 - Nace la actriz Concha Velasco.
1941 - Nace Dennys Doherty (The mamas & the papas).
1943 - Nace la novelista Sue Miller.
1945 - Se proclama la República Federativa de Yugoslavia.
1946 - Nace Silvio Rodríguez, cantante cubano.
1947 - La ONU, en su Asamblea general, decide que Palestina quede dividida en dos Estados: uno árabe y otro judío (supongo que por eso hoy es el Dia Internacional de la Solidaridad con el Pueblo Palestino).
1954 - Nace el cineasta Joel Cohen.
1969 - La canción "Come Together" de los Beatles llega a número uno en Estados Unidos y permanece una semana...



Hace 29 años en la tele se estrenaba el programa "Un globo, dos globos, tres globos" que no era un espacio de apología psicotrópica, como pueda parecer, sinó un programa infantil presentado por Mª Luisa Seco. También ese año se empezó a emitir la serie de dibujos animados "Heidi", con la que crecí. Otro estreno de ese año que marcaría mi infancia sería "El Hombre y la Tierra", de Félix Rodríguez de la Fuente. Más series estrenadas ese año: El Circo de TVE (con Gaby, Fofó, Miliki y Fofito), Curro Giménez, Nacida libre, Sandokán y Los hombres de Harrelson.

Nace también en 1976 el Diario Independiente "El País". Y la revista "Interview" donde aparece desnuda por primera vez Marisol. En el cine Kubrik estrena "La naranja mecánica", "La trastienda" representa el primer desnudo integral de la transición (el de Mª José Cantudo), Ana Belén se despelota también en "La petición" de Pilar Miró y Carlos Saura triunfa en Cannes con "Cría Cuervos". Las nominaciones a los Oscar de ese año son acaparados por "Rocky", "Bound for glory", "Todos los hombres del presidente" y "Taxy Driver".

En política, Santiago Carrillo es detenido en Madrid disfrazado con una peluca, Fraga funda el partido Alianza Popular, los GRAPO secuestran a los presidentes del consejo de estado (liberados en febrero del '77 por la policía) y la Falange Española y de las JONS se constituye como partido político.

Nadia Comaneci triunfa en las olimpiadas de Montreal y, con 14 años, realiza el ejercicio perfecto en las barras asimétricas, el 10 supremo de todos los jurados. La niñita rumana de mirada triste que decía "Todavía puedo mejorar mucho mis ejercicios". Niki Lauda, el mismo año, está a punto de morir en un accidente durante el Gran Prix de Alemania de Formula 1. Fue extraído del monovolumen con graves daños pulmonares y cayó en coma. Su rostro quedó desfigurado a consecuencia de las quemaduras. Volvió a correr pero nunca volvió a ser el mismo y se retiró en 1979.


¡Por cinco pesetas te dan
dos tacotes de Cheiw juuuunior!
En ese año se puso de moda el monopatín, otro de los hitos de mi infancia y, con él, los parches para las rodilleras de los pantalones.

Una entrada de cine valía 55 pesetas. Un billete de metro o un dónut, 6 pesetas. 10 pesetas un diario y 33 pesetas una Coca- Cola. El metro cuadrado de la vivienda en Madrid (Barrio de Salamanca) costaba 30. 600 pesetas y una habitación doble de hotel unas 1.200...



Bueno, y otro dato insignificante: el 29 de noviembre de 1976, sobre la una del mediodía, nací yo.


lunes, 28 de noviembre de 2005

Here I Am


Aquí estoy.
Con mi terror a sentirme sola.
Con mi pelo rojo, mis manos y mis pies grandes (sólo son sexy si eres Uma Thurman).
Con mi odiada nariz y mi boca propensa a la sonrisa.
Con mis estrías, mis pechos pequeños, mi mancha en el trasero con forma de continente (aún desconocido).
Con mis miedos, mis monstruos, mis fantasmas.
Con mi tremendo apetito (por la comida, por el sexo, por la vida...).
Con mis "uh-hum", mis canturreos y mis manías.
Con mis dudas, con mis historias, con mis lágrimas.
Con la losa de saber que el amor de verdad puede no durar para siempre.
Con dos amigas como dos soles.
Con algunos amigos tristemente perdidos en el camino... (creo).
Con un gran amor encontrado (cuando ya no tenía esperanza).
Con mi nuevo par de alas.
Con mis principios inquebrantables.
Con mi música, mis películas, mis libros, mis cómics.
Con mis cuatro canas.
Con mi móvil que no funciona.
Con mi terquedad, mi sueño ligero y mis pies fríos.
Con mi terrible manera de juzgarme a mí misma, mi "no sirves para nada".
Con mis uñas recién pintadas.
Con mi libreta de los secretos y mi blog (no tan secreto).
Con mi pereza, mis locuras y mis dramas.
Con deseos, sueños, incertidumbres.
Y la puta costumbre de darle vueltas a todo.


Mañana tendré que cambiar la edad del perfil...

miércoles, 23 de noviembre de 2005

Do the androids dream of electric sheep?


'An android of rare perfection'
E. Emswiller,
Galaxy Science Fiction, 1954















Fitter Happier
More productive
Comfortable
Not drinking too much
Regular excersise at the gym (3 days a week)
Getting on better with your associate employee contemporaries
At ease
Eating well (no more microwave dinners and saturated fats)
A patient better driver
A safer car (baby smiling in back seat)
Sleeping well (no bad dreams)
No paranoia
Careful to all animals (no washing spiders down the plughole)
Keep in contact with old friends (enjoy a drink now and then)
Will frequently check credit at (moral) bank (hole the wall)
Favours for favours
Fond but not in love
Charity standing orders
On Sunday ring road supermarket
No killing moths or putting boiling water on the ants
Car wash (also on sundays)
No longer afraid of the dark
Or midday shadows
Nothing so ridiculously teenage and desperate
Nothing so childish
At a better pace
Slower and more calculated
No chance of escape
Now self-employed
Concerned (but powerless)
An empowered and informed member of society (pragmatism not idealism)
Will not cry in public
Less chance of illness
Tyres that grip in the wet (shot of baby strapped in back seat)
A good memory
Still cries at a good film
Still kisses with saliva
No longer empty and frantic
Like a cat
Tied to a stick
That's driven into
Frozen winter shit (the ability to laugh at weakness)
Calm
Fitter, healthier and more productive
A pig
In a cage
On antibiotics


"Fitter Happier"
Radiohead, OK Computer, 1997)

Leyes de la robótica:


    1.- Un robot no puede dañar a un ser humano ni, por inacción, permitir que éste sea dañado.

    2.- Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos excepto cuando estas órdenes entren en conflicto con la Primera Ley.

    3.- Un robot debe proteger su propia existencia hasta donde esta protección no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Leyes.

Ley Cero:

Un robot no puede realizar ninguna acción, ni por inacción permitir que nadie la realice, que resulte perjudicial para la humanidad, aun cuando ello entre en conflicto con las otras tres Leyes.


Isaac Asimov

martes, 22 de noviembre de 2005

Curiosidades...

Los búlgaros dicen "sí" moviendo la cabeza de izquierda a derecha y dicen "no" moviéndola de arriba a abajo.

La palabra "cementerio" proviene del griego "koimetirion" que significa "dormitorio".

Cuando los conquistadores ingleses llegaron a Australia se asombraron al ver unos extraños animales que daban saltos increíbles. Inmediatamente llamaron a un nativo (los indígenas australianos eran extremadamente pacíficos) y les intentaron preguntar mediante señas. Al notar que el indio siempre decía "Kan Ghu Ru" adoptaron el vocablo ingles "kangaroo" (canguro). Los lingüistas determinaron tiempo después que el significado de lo que los indígenas querían decir era "No le entiendo".

Se llama snob a aquél que quiere aparentar una mayor posición social e intelectual porque en el s. XVII la universidad de Cambridge decidió admitir a algunos plebeyos becados y, para distinguirlos del resto, en la matrícula anotaban la expresión "sine nobilitas" (sin nobleza). El término fue abreviado a "snob".

Hay gente que no puede olvidar, se han descrito casos de personas capaces de recordar casi cualquier dato o acontecimiento con sólo experimentarlo una vez. Son casos de memoria prodigiosa que suelen suponer una tragedia para el que los padece. Olvidar es necesario para que nuestra mente evolucione.

Cuando en 1865 se realizó la autopsia al doctor James Barry, cirujano del ejército en la batalla de Waterloo, se descubrió que en realidad era una mujer. En aquél entonces la medicina estaba vetada al sexo femenino.

La expresión de auxilio que utilizan barcos y aviones, mayday, es un anglicismo de la llamada de ayuda en francés (m'aider). Su uso fue aceptado por la Convención Internacional de Radio y Telégrafo en 1927.

Los hipocampos o "caballitos de mar" machos son los que traen la descendencia al mundo en su especie. La hembra agrede sexualmente a su compañero y deposita los huevos en una especie de bolsa. El hipocampo macho produce una especie de placenta y alimenta a las crías.

Los antiguos romanos, cuando tenían que decir la verdad en un juicio, en vez de jurar sobre la Biblia como en la actualidad, lo hacían apretándose los testículos con la mano derecha. De esta antigua costumbre procede la palabra testificar.

En algunas zonas del sur de Grecia y del sur de Italia la señal del pulgar hacia arriba no significa "todo va bien" sino un insulto de contenido sexual.

Muchos nombres de Estados Unidos de América derivan del lenguaje indio: Dakota significa "aliados"; Oklahoma, "el pueblo rojo"; Iowa, "los dormidos"; Kansas, "una brisa cerca del suelo"; Kentucky, "el suelo oscuro y sangriento"; Illinois, "la tribu de los hombres perfectos"; Texas, "amigos"; Idaho, "buenos días" y Mississippi, "padre de las aguas".

lunes, 21 de noviembre de 2005

Bad Timing

La madrugada del viernes me despierto de repente a eso de las cinco y, con un sobresalto, empiezo a respirar hondo, asustada. Un sudor frío me recorre el cuerpo.

No, no acababa de tener una pesadilla. Era un sueño hermoso. Y eso es lo que me espantó.

Jamás en mi vida he tenido instinto maternal. Ni siquiera de pequeña tuve nunca carritos de pasear bebés- muñeco ni nada parecido. Prefería vagabundear con mis primos ("hasta que se enciendan las farolas") subirme a los árboles y volver a destrozarme los pantalones, previamente parcheados por mi madre, jugando al patinete (nada de skate, eso es para modernos, entonces teníamos patinete, ni siquiera monopatín). Ya de más mayor jugué con la Barbie, que era súper moderna, tenía caballo y Corvette y más ropa que yo, y era lo menos maternal que puede ser una muñeca.

Jamás antes había soñado que tenía un hijo, al menos que yo recuerde. Ni siquiera un hijo ya mayor al que acompañaba al colegio, ni un hijo con cinco años, ni con veinte ni con uno. Jamás. Y jamás de los jamases había soñado que estaba dando a luz a un bebé como me pasó el viernes. Pero, para colmo, no era un sueño angustiante, doloroso o traumático. Me sentía plena, feliz, ansiosa por ver su cara pequeña y arrugada (¿qué niño recién nacido es guapo?). Estaba con las contracciones y todo ese rollo que explican en las películas, el futuro padre a mi lado, cogiéndome la mano y sonriéndome orgulloso y, cuando estaba naciendo esa cosa rosada, era el momento más hermoso y emotivo que pueda describir...

Y ahí desperté. Y nada más pensar en lo que acababa de soñar me espanté. Menudas pasadas nos juega el subconsciente, amigas. Definitivamente no ha llegado aún mi momento de ser madre. Pero ese sueño se ha encargado de recordarme que voy a cumplir 29 en unos días.

Se lo cuento a R. por la mañana, porque el sábado habíamos planeado ver la ciudad de Girona, y ya tenemos chiste asegurado para unas semanas. Bromea con que mi reloj biológico está sonando ya desesperadamente y que él no quiere saber nada de calentar biberones y cambiar pañales. Al menos el niño/a era suyo, le digo, y no del butanero...

¿Cómo pensar siquiera en cuidar de un ser tan indefenso cuando aún no he aprendido ni a cuidar de mí misma?

El barrio judío de Girona me fascina y consigo olvidarme un poco de mi sueño-pesadilla. Es una ciudad preciosa llena de rincones encantadores. Hace un frío de mil demonios cuando se pone el sol pero es un placer pasear por las callejuelas retorcidas y por los puentes sobre el río, con todas las luces de la ciudad reflejándose en el agua. Si entrecierro los ojos el mundo se vuelve un caleidoscopio de brillos y colores.

Es domingo a mediodía y volvemos a estar invitados a una comida extraña en casa de J. con un montón de gente desconocida. Otra bizarre barbacue, como he pensado bautizarlas. Esta vez hay gente nueva: además del francés y del venezolano músico- posador artístico, hay una pareja catalana y una chica (todos bailan salsa con el anfitrión) y otra chica, venezolana también, que baila salsa y canta en una coral moderna (son, salsa, merengue, etc.). Ésta última (que es de Caracas pero tiene a toda la familia en Barquisimeto, nombre que me recuerda a un pelirrojo) nos prepara unas arepas que creo que quedan crudas por dentro por falta de tiempo en el horno (la carne ya estaba). Después de comer entramos dentro a tomar el café y el músico (que resulta que se llama Lenin) agarra una guitarra y él y la chica venezolana se ponen a cantar cosas que no había oído en mi vida pero que deben ser populares de donde vienen. Canciones sobre amores y desamores que escucho un tanto ajena mientras bebo mi café. He tomado demasiado vino y, si cantaran algo que conociera, incluso participaría en el recital. Me limito a hacer la segunda voz cuando, inesperadamente, ella toca "More than words". En el estado de desinhibición en el que estoy me animaría a pedirles algo que conozca para cantar yo sola si no fuera porque no quiero cortarles el rollo emotivo- nostálgico. Me entero de que la banda venezolana "Sentimiento Muerto" estuvo hasta nominada a un premio MTV... La chica me dice que soy una soprano, que tengo una voz sorprendente, y me pregunta si he cantado clásico en algún coro. Sonrío avergonzada y le respondo que sólo canto en la ducha y no vuelvo a abrir la boca. Nos vamos y, sin darme cuenta, canturreo todo el rato, como siempre hago. Creo que a R. no le molesta. Odiaba que mi anterior pareja no soportase oírme cantar porque me encanta hacerlo y tenía que reprimir ese instinto natural...

Es lunes por la mañana y estoy sola en una casa que no es la mía. La gata de R. me ha adoptado o me ha acogido a su servicio. Está dormida sobre mis piernas cuando miro los foros de Riff- fanzine y descubro que bAIthrO ha abierto un topic sobre tener hijos. Casi me da un pasmo.

Por la tarde, en clase, descubro que el cacharro con varillas para batir claras en catalán se llama, además de batedor, también enganyamarits (literalmente "engañamaridos") y me pregunto cómo demonios se puede engañar a un marido con eso. Mientras sigue la clase empiezo a imaginarme utilidades eróticas del instrumento sin que ninguna acabe de ser del todo satisfactoria. Desde ahora miraré los instrumentos de cocina de otra manera.

Por el momento, de eso de tener hijos, lo que más me gusta es el modo como se fabrican. El método tradicional y artesano, claro.

sábado, 19 de noviembre de 2005

And now, something completely different...


Dave McKean


Estoy recordando una recopilación.

Recordándola porque no la hice yo y, por tanto, no tengo guardada la lista de canciones e intérpretes que incluía, lista que me habría hecho en tardes interminables de ordenar y vuelta a ordenar mil veces, de cálculos de los tiempos y las duraciones...

Sólo sé que me gustaba mucho, que me hacía sonreír y cerrar los ojos echando la cabeza hacia atrás en el autobús, que me hacía cantar a gritos de madrugada cuando iba sola por las calles. Y sólo sé que, por alguna extraña razón (quizá comienza a estropearse), el mini disc decidió dejar de leer esa recopilación. "Blank disc", dice.

Así que ahora tengo que hacer memoria. Recuerdo perfectamente las cuatro primeras, en el orden correcto:

1.- State Of Love And Trust - Pearl Jam
2.- Don't Follow - Alice in Chains
3.- Crush - Anthrax
4.- Think - Aretha Franklin

Y luego ya la cosa se complica. Tirando de mi escasa memoria han ido apareciendo canciones y grupos pero no estoy segura del orden. Así es como han ido llegando a mi mente:

?.- Jane says - Jane's Addiction
?.- Space Dog - Tori Amos
?.- Mouth Full Of Cavities - Blind Melon
?.- Girl, you'll be a Woman Soon - Urge Overkill
?.- Angie - Rolling Stones
?.- All Along the Watchtower - Jimi Hendrix
?.- Fire - Red Hot Chili Peppers
?.- Were All Very Worried 'bout You - Fun Loving Criminals
?.- Back in the USSR - The Beatles
?.- Fell On Black Days - Soundgarden
?.- Gave Up - NIN
?.- Sworn and Broken - Screaming Trees
?.- Mindshaker Meltdown - Mother Love Bone
?.- I'm Ugly and I Don't Know Why - Betty Blowtorch
?.- Capital Offender - D Generation
?.- My Curse - Afghan Whigs
?.- Let Me Know - The Bottle Rockets
?.- Big Star - The Jayhawks
?.- Lover, You Should've Come Over - Jeff Buckley
?.- Sufragette City - David Bowie
?.- Roadhouse Blues - The Doors
?.- Orestes - A Perfect Circle
?.- Some Things Never Fall (?) - Black Halos
?.- Nico - The Cult

La última acabo de recordarla en la ducha, hace un momento. Quizá aún falte alguna, aunque 28 es un buen número.

Pero mucho mejor número será 29...

jueves, 17 de noviembre de 2005

La receta de la felicidad


200 gr. de chocolate negro
200 gr. de mantequilla
200 gr. de almendras trituradas (o nueces o avellanas)
200 gr. de azúcar glass
80 gr. de harina
5 huevos

Fundir en un cazo a fuego lento el chocolate con la mantequilla.

Batir en un bol las yemas de los huevos con el azúcar e incorporarle el chocolate y la mantequilla ya mezclados y fundidos. Añadir la harina poco a poco, moviendo sin cesar para evitar los grumos, y las almendras (o las nueces o las avellanas).

Batir las claras a punto de nieve e incorporarlas a la mezca moviendo cuidadosamente para que el pastel quede esponjoso.

Poner el contenido del bol en un molde huntado con mantequilla y meter en el horno a media potencia durante 45 minutos. Para comprobar si está hecho hundir un palillo de madera hasta que salga seco.

Servir bañado en chocolate fundido.

miércoles, 16 de noviembre de 2005

Diario de París: martes, 25 de octubre

Último día en París. No quiero volver. Me quedaría aquí toda la vida. ¿Por qué tiene que acabar tan pronto?

Hoy la misión era comprar regalos (uno de cumpleaños porque el sábado fue el de la madre de R.) y souvenirs. Yo me llevaré alguna botella de Burdeos y queso. Él, además del regalo, un pin, queso, vino y algo para su abuela.

Por la mañana nos dirigimos al 1ère. arrondissement. Se nos ocurre que quizá en un centro del consumo como son las galerías Lafayette encontraríamos algo para regalar a su madre. Y nada más entrar nos asalta el horror. Es como meterse en un Corte Inglés inmenso pero con más clase. R. se agobia a los dos minutos y yo intento mantener la calma para salvar el barco. Damos vueltas como ratoncillos desconcertados en un laberinto sin saber qué comprar. Estamos a punto de irnos sin nada pero al final escogemos la salida fácil y nos vamos con una bolsita cursi de Chanel (como las que Jean Philippe tiene en el baño de adorno) que contiene un paquetito pequeño y chic con un botecito de perfume Coco Chanel. Lo llevo yo, que hasta a mí me parece vergonzosamente cursi.

Entramos en una FNAC porque resulta que R. ha comprado ya un montón de cómics pero le falta precisamente el que en un principio buscaba: La théorie des gens seuls. Parece que todas las tiendas FNAC son exactamente iguales y eso es desconcertante: te hace olvidar que estás en otro país a menos que leas los cartelitos, que están en francés. La misma moqueta gris, los mismos chalecos verdes de los dependientes y cajeros (aunque estos me parecen más malhumorados que los de Barcelona), las mismas secciones, las mismas pilas de best-sellers (el diccionario pan-hispánico recomiendo usar el término "súper-ventas") en promoción... Pero al llegar al apartado de los cómics... (perdón, "bandes dessinées") ¡oh, sorpresa! Aquí ya se nota que no estamos en Barcelona, con su ínfima y triste sección. Aquí las BD ocupan, sin exagerar, tres pasillos enteros: hay montones de editoriales francesas, está ordenador por autor en cada editorial, hay gente hojeando y leyendo bd en cada pasillo, gente de todas las edades... Es inaudito. Nos miramos perplejos y maravillados antes de ponernos a rebuscar. Veo a una señora de unos 50 años llevarse un álbum de Monsieur Jean y no parece que sea para regalárselo a su sobrino. ¡Es para ella! Por supuesto que lo es. Aquí la gente lee bd, no piensan que son tebeos, que son libros con dibujos para niños... ¡Qué maravilla! No encontramos el libro y cuando le pregunto a la chica del chaleco verde por él nos dice que está agotado. Lástima...

Salimos en busca del número 14 del boulevard des Capucines. Según nuestra guía es donde estaba el Grand Café, y hay una placa que anuncia que allí, el 28 de diciembre de 1896, tuvieron lugar las primeras proyecciones públicas de fotografía animada por medio del cinematógrafo, aparato inventado por los hermanos Lumière (La sortie des usines). Nos cuesta encontrarla pero ya casi por amor propio lo conseguimos y nos hacemos una foto con ella.

Nos damos cuenta de que si volvemos al apartamento no tendremos tiempo de hacer las compras que nos faltan. Así que mejor buscar un restaurante donde comer algo o algún sitio donde comprar un bocadillo. En este barrio la opción mejor parece la última. Los restaurantes parecen muy caros (estamos en una zona turística y comercial) y vemos a los parisinos que salen de las oficinas comprar bocatas. Como nos apetece comer algo caliente decidimos ir en metro hasta Montmartre y buscar algo allí. Es tarde y los restaurantes que nos gustan allí son caros o están llenos. No nos decidimos y, para no perder más tiempo, acabamos comiendo una pizza en un sitio bastante corriente. También todas las pizzerías corrientes se parecen...

Nos dirigimos a la fromagerie donde habíamos comprado los quesos (no conocemos ninguna otra) pero está cerrada. Parece ser que no abren hasta las cuatro. Bien, vayamos primero a las cutre-tiendas 100% para guiris (esas seguro que no cierran) y luego volvemos. Sube, sube, sube escaleras. No me lo puedo creer: aquí también hay reaggeton (o como demonios se escriba ese "atun tun tun") supongo que porque las tiendas están regentadas por sudamericanos (que tampoco quiero decir que ser sudamericano signifique amar esa música del diablo).

Un dedal y un pin después volvemos a rue Lépic a comprar el queso. Estoy muerta de sed y paramos a beber en un rincocito que tiene un pequeño parque infantil (con una fuente diminuta). Al levantar la vista me fijo en la pared de baldosas, está toda repleta de pintadas. Es Le mur des je t'aime (La pared de los te quiero), en place des Abbesses. En su página web dice que pone "te quiero" en más de 300 lenguas diferentes. Era hermosa. Un buen presagio encontrarla por casualidad así. Localizo rápido el "te quiero". Pero no es la lengua en la que ahora lo siento. Es curioso que sólo adquiera pleno significado cuando está escrito en la lengua en la que se lo diríamos a la persona que ocupa nuestro corazón... Sigo buscando y lo encuentro. Me voy con una sonrisa en los labios. Lástima no habernos hecho una foto allí.

Junto a la tienda de quesos hay una pequeña tienda de bd que por fin encontramos abierta (la última vez nos cerraron prácticamente la puerta en los morros). Es nuestra última oportunidad de conseguir el cómic que buscamos. El dependiente no es muy simpático y nos dice que no le quedan ejemplares (así, secamente, sin acompañarlo de un "je suis desolé" ni nada). Desolados estábamos nosotros cuando, de repente, saca un ejemplar de algún lado y nos lo pone sobre el mostrador. ¡Aleluya!

Rápido, ahora los quesos, que aún tenemos que comprar los vinos y pan para hacer unos bocatas (el avión sale a las 22'15h), llegar al apartamento, arreglarlo, hacer los bocadillos, hacer las maletas... Y todo antes de las seis, hora a la que hemos quedado con Jean-Philippe para entregarle la llave y que nos devuelva el depósito (si lo cree oportuno). Empiezo a estresarme. Recuerdo perfectamente el montón de platos por lavar en la cocina. No vamos a tener tiempo, no vamos a tener tiempo...

Cuando llegamos a toda velocidad al apartamento me pongo nerviosa y estoy estresando también a R. Calma, calma... si nos ponemos los dos nerviosos va a ser aún peor. Nos repartimos el trabajo y él se pone a recoger el baño y el salón mientras yo friego platos ("tranquila o romperás alguno", me repito) y arreglo la cocina. Cuando acabo recojo lo que queda en la habitación y hacemos maletas. Justo estaba cerrando la de R. cuando llegó nuestro arrendatario. Da un vistazo concienzudo al apartamento, nos devuelve el depósito, nos despedimos y nos marchamos cargando con nuestras maletas y con una bolsa enorme del Intermarché llena de cosas.

Cogemos el metro hacia Porte Maillot. Las maletas pesan toneladas, sobre toda la de R. que va repleta de bd. Y al salir del metro nos metemos en una trampa. Debía serlo, una trampa para turistas, para que se queden atrapados en París cuando intentan marcharse, para que pierdan el autobús que va a Beauvais y el vuelo de Ryanair y tengan que quedarse una noche más en la ciudad, haciendo gasto hotelero. Sólo como una trampa puedo entender que una de las salidas del metro de Porte Maillot de a parar a una rotonda ajardinada, rodeada de tráfico por todos lados (el foso de los cocodrilos), sin salida y repleta de vagabundos alcoholizados (¿los cocodrilos?). Una plaza que, para colmo, no estaba asfaltada y tenía suelo de arena y piedrecillas: la mejor manera imaginable de dificultar el avance de una maleta con ruedas. Desesperados casi dimos la vuelta a la plaza buscando un inexistente paso de cebra o semáforo para salir de allí. Nos preocupaba perder el autobús. Me puse tan nerviosa y estaba tan enfadada con los urbanistas parisinos (con gran visión de negocio hotelero, sin duda) que, si hubiese estado sola, me hubiese sentado en el suelo o sobre mi maleta y me hubiese echado a llorar. Acumulación de tensión, supongo. Un chico (otra víctima más) nos preguntó cómo llegar a la estación de autobuses... ¡ojalá lo supiéramos! Por el suelo (como los esqueletos de anteriores víctimas de la trampa atrapa- turistas) se veían las marcas de más ruedas de maletas, impotentes ante tanta arena y piedras.

Con este panorama entré en un bucle y me hubiera pasado horas dando vueltas a la rotonda sin salida, hasta morir de cansancio o de inanición, tras ser atacada por los borrachos sin techo. Y mis huesos pelados (porque se llevarían toda mi ropa) quedarían allí, como advertencia a futuros turistas incautos. O quizá me acogerían y me uniría a ellos. Quizá todos ellos fueron turistas que quedaron allí atrapados y beben para olvidar sus antiguas vidas...

Afortunadamente no pasó nada de eso porque R. estaba allí y tuvo el buen juicio de decidir que volviéramos por donde habíamos venido y buscáramos otra salida en el subterráneo el metro. Casi discutimos porque yo quería seguir dando vueltas. Mi bucle me lo exigía. Pero manejó la situación con firmeza y nos salvó a ambos. Quedó demostrado, una vez más, que mi sentido de la orientación es nulo o está trastocado: siempre elijo la dirección contraria a la correcta.

Conseguimos dar con la estación de autobuses (siguiendo siempre la dirección contraria a la que yo elijo) y montamos dirección Beauvais. Ahora le tocó a R. pasar un mal rato por culpa del reloj adelantado del autobús. Tras haber tenido tantos problemas en sus vuelos aún tiene el trauma y se pasó todo el trayecto pensando que no llegaríamos a tiempo para embarcar las maletas, que perderíamos el vuelo por culpa de eso y un drama impresionante semejante al mío en la rotonda. Yo lo iba tranquilizando como podía, con el argumento de que íbamos en el autobús correcto y, por tanto, nos esperarían, que no podíamos llegar tarde, que no podían despegar sin una cincuentena de pasajeros.

Al llegar al aeropuerto caímos en el reloj adelantado del autobús y ya pudimos respirar tranquilos. Cuando llegamos no me pude fijar bien en el aeropuerto de Beauvais porque nos dejaron directamente en la terminal al lado de los autobuses. Esta vez sí pude hacerlo: donde estaba la puerta de embarque era una carpa, como una gran tienda de campaña, como las que monta Cruz Roja en caso de desastres o como las que tienen algunas discotecas. Una turbina de un avión mal orientada y nos vamos todos volando, carpa incluída. Evidentemente si el vuelo es tan barato debe ser por algo... Y los precios del bar eran de auténtico terror aéreo. ¡Anda que no fuimos felices zampándonos nuestro bocata de chorizo ibérico, a años luz de aquellos sandwichs envueltos en plástico (y con sabor a plástico, seguro) que vendían a precio de oro!

Subimos al avión a la hora prevista, recordando esta vez que debíamos sentarnos junto a la salida de emergencia porque el pasillo es más ancho y tendríamos más sitio para las piernas. Despegamos rumbo a Girona con puntualidad. Y sólo entonces fue cuando empecé a darme cuenta de que decíamos adiós a París. Con tanto ajetreo no había podido pararme a pensar hasta ahora. Se acaban las vacaciones, volvemos a la rutina, a la normalidad del día a día, a Barcelona...

Al llegar recogimos las maletas y nos metimos directamente en otro autobús. Qué fea y vulgar me pareció Barcelona a media noche, qué feas las rondas, los edificios, el Besós... Qué diferente a París, nuestro París.... Y vuelta a arrastrar las maletas hacia Sagrada Familia por no coger un taxi que nos cobraría lo que le diera la gana por un trayecto nocturno tan corto. Hace calor. Y no llueve. Y llevo puesto el abrigo por no tener que llevarlo en la mano. Y hay ese bochorno pegajoso que tanto odio. Los tres pisos de escaleras de casa de R. ahora me parecen muy poca cosa, con mis piernas curtidas en subir a un sexto. Es casi la una.

¿Cómo puede ser que me haya habituado a algo tan pronto? ¿Cómo puedo echar tanto de menos una ciudad en la que sólo he estado una semana? ¿Cómo voy a poder dormir, comer, cenar, sin tener a R. a mi lado? ¡Cómo lo voy a añorar a todas horas! ¿Qué hay del sexo a diario? ¿Qué va a ser de mí sin poder despertar a su lado?

Flores para Algernon:


Manos dibujándose, 1948, litografía
(M. C. Escher)

"... he aprendido que la inteligencia por sí sola no significa gran cosa. Aquí, en su Universidad, la inteligencia, la educación, el saber, se han convertido en grandes ídolos. Pero ahora sé que hay un detalle que han olvidado: la inteligencia y la educación que no han sido templadas en el afecto humano no valen gran cosa. (...) La inteligencia es uno de los mayores dones del hombre. Pero demasiado a menudo la búsqueda del saber oculta la búsqueda del amor. Esta es otra de las cosas que he descubierto por mí mismo recientemente. Se la ofrezco en forma de hipótesis: la inteligencia sin la capacidad de dar y recibir un afecto conduce al derrumbe mental y moral, a la neurosis e incluso a la psicosis. Y digo que la mente absorbida en un interés egoista tomado como un fin en sí mismo, con exclusión de toda relación humana, no puede conducir más que a la violencia y al dolor. "

Daniel Keyes

sábado, 12 de noviembre de 2005

Diario de París: lunes, 24 de octubre.

Ayer atasqué el fregadero de la cocina. Eché las sobras de la sopa y, de repente, dejó de tragar agua. Juro que no había echado nada más allí, me extrañó que se atascara tan facilmente. Así que el plan hoy era descansar un poco por la mañana, hacer unas últimas compras y luego ver si se puede resolver, ver si Roger puede arreglarlo, más que nada. Hay un montón inmenso de platos por fregar (parece mentira lo que se ensucia siendo sólo dos personas). Si no tiene arreglo no sé cómo nos apañaremos.

Afortunadamente no ha sido grave, Jean-Phillipe no va a matarnos. Bastó con desenroscar un filtro que estaba atascado con un montón de porquería que no era nuestra, que no eran las sobras de la sopa que yo había echado. Seguramente culpa de los anteriores inquilinos, unos americanos. ¿Quién es tan guarro como para tirar un bastoncillo de limpiarse los oídos en el desagüe de la cocina? Nos hemos duchado y hemos hecho un desayuno tardío y ligero.

Mi experimento para comer no ha salido mal del todo. Los bistecs a la mostaza de Dijon (esa mostaza había que usarla) no habrían estado nada mal si no fuese porque eran duros como suelas de zapatos, los puñeteros. ¡Eso nos pasa por comprar la carne en Intermarché! En la tele nos acompañan todos los canales de música por cable que encontramos, es lo único que vemos. Nuestro arrendatario nos enseñó orgulloso, el primer día, que había tenido el detalle de buscarnos Televisión Española internacional, al saber que veníamos de España. ¡Qué majo! Lástima que no nos interese nada de lo que emiten. No queremos ni ver las noticias. Estamos de vacaciones. Si vemos las MTV o VH1 es porque lo único que le falta al apartamento es un equipo de música y tenemos que suplir esa falta como podemos. Millones de listas diarias y, de vez en cuando, algo decente.

Por la tarde hemos dado un agradable paseo por uno de los parques menos turísticos de París, el preferido de muchos parisinos: el de Buttes-Chaumont. Hemos subido al templete de magníficas vistas, paseado por los caminos repletos de gente practicando footing, descubierto las cascadas, bajado hasta el lago (con patos y todo) en el que hay temporada de pesca, caminado por los senderos... Aquí vienen los parisinos a magrearse, a hacer botellón (sí, también existe), a fumarse unos porros y a correr. Un parque genuino, vamos. Quizá no sea el mejor parque del mundo, ni el más bonito, ni el más moderno o sofisticado pero para mí hoy ha sido el mejor.

Al volver hemos pasado de nuevo por Montmartre centro para ver si la fromagerie estaba abierta y comprar así los quesos que pensamos llevarnos. Estaba cerrada. Tendremos que venir mañana.

Empiezo a pensar en las cosas que nos dejamos por ver, porque mañana ya no tenemos tiempo de hacer ninguna visita. Pienso en el Barrio judío, en el Bois de Bologne, en los muelles, en el cementerio de Montmartre, en las librerías... París siempre merece otra visita.

Última noche en París... Quiero que durmamos abrazados.

P.S. Si algún astuto observador nota que en este día en París no hemos visitado casi nada es porque nos quedamos en casa practicando sexo. ¿No dicen que es la ciudad del amor?

Els teus silencis / Tus silencios


Bill Brandt, East Sussex, 1957


Pensava en els silencis...

De vegades es diu més amb un silenci que amb paraules. De vegades els silencis són tan importants com les paraules. Què no diem i per què. Quan callem, com callem, per què callem. Si és perquè no volem parlar. O perquè no sabem què dir. O simplement perquè preferim mantindre el silenci.

Un silenci pot ser tan bell com una paraula d'amor. Pot estremir i pot colpir, pot fer-nos sentir tan bé com un petó, ens pot abraçar, pot venir acompanyat d'un somriure comprensiu, d'una mirada dolça...

Tu m'has fet descobrir el valor dels silencis. Dels teus silencis. Dels nostres silencis.

Jo abans pensava que quan dos persones estan juntes els silencis s'han d'evitar. Parlotejava tota la estona per cobrir els teus silencis, no els escoltava. Pensava que eren incòmodes, que el silenci ens separava, que ens distanciava, i que jo havia d'anar deixant paraules dansant en l'aire per mantenir la comunicació, per seguir conectada a tu. Pretenia ser el que no sóc, una xerraira que no calla, per tapar el fet que ets silenciós de vegades. I ara sé que m'agrada que ho siguis.

Ara he apres a llegir-los, a apreciar-los, a estimar-me els teus silencis. Ara els escolto, els paladejo i els entenc. Formen part de tu. I els silencis que de vegades compartim els dos formen part de la manera com estem junts.

I amb un silenci em saps dir que m'estimes tant com jo pugui cridar-ho d'aqui a la lluna.

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Pensaba en los silencios...

A veces decimos más con un silencio que con palabras. A veces los silencios son tan importantes como las palabras. Qué no decimos y por qué. Cuándo callamos, cómo callamos, por qué callamos. Si es porque no queremos hablar. O porque no sabemos qué decir. O simplemente porque queremos prolongar el silencio.

Un silencio puede ser tan bello como una palabra de amor. Puede estremecer y emocionar, puede hacernos sentir tan bien como un beso, nos puede abrazar, puede venir acompañado de una sonrisa comprensiva, de una mirada dulce...

Tú me has hecho descubrir el valor de los silencios. De tus silencios. De nuestros silencios.

Antes pensaba que cuando dos personas están juntas los silencios se deben evitar. Parloteaba todo el rato para cubrir tus silencios, no los escuchaba. Pensaba que eran incómodos, que el silencio nos separaba, que nos distanciaba y que yo tenía que ir dejando palabras bailando en el aire para mantener la comunicación, para seguir conectada a ti. Pretendía ser lo que no soy, una charlatana que no se calla, para tapar el hecho de que eres silencioso a veces. Y ahora sé que me gusta que lo seas.

Ahora he aprendido a leerlos, a apreciarlos, a amar tus silencios. Ahora los escucho, los paladeo y los entiendo. Forman parte de ti. Y los silencios que a veces compartimos los dos forman parte de la manera en la que estamos juntos.

Y con un silencio me sabes decir que me amas tanto como yo pueda gritarlo de aquí a la luna.

viernes, 11 de noviembre de 2005

No Rain


Dave McKean
Narcolepsy


All I can say is that my life is pretty plain

I like watchin' the puddles gather rain

And all I can do is just pour some tea for two

and speak my point of view

But it's not sane, It's not sane

I just want some one to say to me

I'll always be there when you wake

Ya know I'd like to keep my cheeks dry today

So stay with me and I'll have it made

And I don't understand why I sleep all day

And I start to complain that there's no rain

And all I can do is read a book to stay awake

And it rips my life away, but it's a great escape

escape......escape......escape......

All I can say is that my life is pretty plain

ya don't like my point of view

ya think I'm insane

Its not sane......it's not sane


BLIND MELON



Es curioso cómo la música, cómo una canción, puede hacerte cambiar completamente de estado de ánimo en un día lluvioso... Cambiar un día triste por uno alegre...

jueves, 10 de noviembre de 2005

Diario de París: domingo, 23 de octubre

Me doy cuenta de que he escrito poco y mal. Leyendo lo de los días anteriores me doy cuenta de que escribía cansada, sin ganas, como el escolar al que piden una redacción de lo que ha hecho en las vacaciones y se limita a enumerar de forma prosaica y descriptiva: "Hoy hice esto, esto y esto... y al día siguiente aquéllo y lo otro..." Lo que he escrito no tiene vida, no tiene sentimiento, no exhala ni transmite como me gustaría. Pero, como digo, no me extraña nada. En el estado en que escribía muchas veces lo raro es que mantenga la concordancia verbal.

Al ir escribiendo día a día, al momento, mis impresiones sobre París pretendía preservar la frescura, la espontaneidad de las ideas. Me equivocaba. Porque al intentar hacerlo lo que he conseguido es escribir por las noches, cansada, somnolienta, casi por obligación, deseando acabar para correr a brazos de Morfeo. Y de Roger.

Así que pensaré en las ventajas de escribir en diferido, cosa que ya llevo haciendo unos días. Las sensaciones intensas en ocasiones son difíciles de plasmar de manera inmediata. Necesitan de un reposo, de una racionalización, de pasar por el tamiz que da el tiempo y una cierta perspectiva. Una vez dejadas reposar (como la masa del pan, como una buena paella) esas sensaciones tan escurridizas están más ricas y se dejan atrapar mejor. Porque lo que abarcamos con nuestro raciocinio no es la sensación en sí (tan instantánea, tan carnal e imprecisa) sino el poso que esa sensación nos deja en el espíritu. Sacrifiquemos, pues, en este caso, la espontaneidad frente a la precisión y la perdurabilidad.

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La mañana de hoy la dedicamos a las visitas más típicas y evidentes.

Primero Arc du Triomphe. Un gentío impresionante, una cola increíble para subir y, si no recuerdo mal, unos 8 euros por ver el museo y subir a la plataforma. Hacemos algunas fotos (entre ellas la foto tonta de rigor ante la llama perpetua a la memoria del soldado desconocido).

Siguiente hito turístico: la Tour Eiffel. Disfrutamos del paseo junto al Sena, de los puentes, de los quai (muelles) pero al llegar... Más gentío, una cola aún más impresionante para coger los ascensores a las mejores vistas de París (aunque las de lo alto de Montmartre no le tengan mucha envidia). Cobran hasta por subir a pie por las escaleras. Roger y yo ya subimos en nuestros respectivos viajes anteriores y decididamente no merece la pena hacer la cola, la espera y la sensación de ser ganado bovino para subir de nuevo. Así que hacemos algunas fotos más y nos alejamos por le Champ-de-Mars. Nos encontramos con algo llamado Le mur pour la paix, una especie de pared de cristal con la palabra "paz" escrita en infinidad de idiomas. Inspirado directamente en el muro de las lamentaciones, hay pantallas y teclados apra que escribas tu mensaje pacifista. Puede también hacerse a través de internet.

Pasamos por Les Invalides, donde reposan los restos de Napoleón I, y atrajeron mucho más nuestra atención las bandadas de cuervos que parecen reunirse allí que el edificio en sí. Allí al lado está el museo Rodin y sus jardines. Yo ya estuve, pero nos acercamos para ver si está abierto con la intención de visitar al menos los jardines, pero es muy tarde (casi las dos) y estamos cansados y hambrientos y preferimos volver a casa. Vimos varias de las esculturas y la Puerta del Infierno en el Louvre y el Orsay. Tendrá que ser en el próximo viaje a París.

Por la tarde hemos ido a ver los pasajes y boulevards. Lamentablemente, al ser domingo, la mayoría están cerrados y, en los que podemos entrar, las tiendas están cerradas. Por ello el aspecto de los pasajes era dejado y desierto. No es que yo pretendiera encontrar el aspecto bullicioso que describen Benjamin, Baudelaire o Proust. Fue encantadoramente decadente y decepcionante al mismo tiempo. No sé cómo describirlo mejor.

Buscando un sitio donde tomar algo hemos llegado hasta la Ópera. Agotados, nos sentamos a descansar en un banco y, cuando comenzó a llover, decidimos volver en metro a nuestro barrio, buscar allí alguna cervecería y, si no la encontrábamos, volver a casa.


Roger Tallada
Una vez más nos sonrió la suerte porque, además de ser algo tarde para las costumbres lugareños (algunos bares cierran antes que las floristerías, sobre las siete y media) era domingo y aún así encontramos un agradable bar que también servía cenas en la rue Caulaincourt, muy cerca de la parada de metro Jules Joffrin, la más cercana a casa. Se llamaba Froggy's Bar Restaurant. Precios razonables y un buen sitio para sentarse un rato a tomar algo. En la tele hay un partido de fútbol que debe ser importante a juzgar por los gritos ("putaaaaaaain!") de la chica de la mesa de al lado. Roger hace su dibujo del día y saboreamos, sin prisa, nuestras cervezas antes de irnos a cenar.