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martes, 24 de enero de 2006

Volver a ver amanecer


Vuelvo a ver amanecer desde el tren.

Vuelvo al frío cortante de las mañanas que me despierta entrando por el cuello, por la franja desprotegida entre el jersey y el pantalón, y que sube por las piernas cuando, como hoy, llevo falda.

Vuelvo a esquivar a los repartidores de diarios gratuitos. Les digo buenos días, les ofrezco una sonrisa pero no, gracias. Esos periódicos son a lo diarios serios lo que los programas del corazón a los telediarios. O quizá la comparación tampoco sea acertada. Creo que no me apetece leer (titular real) que "Destierran a una madre 10 años por abandonar a su hija recién nacida." ¿Trash por la mañana? Repito: no, gracias.

Vuelven las caras malhumoradas de la gente que va a trabajar en cosas que quizá no les hacen felices pero... ay, ¿qué le vamos a hacer?, la cosa está fatal, de lo mío no hay nada y hay una hipoteca que pagar... Son los héroes de nuestro tiempo: hombres y mujeres JASP desilusionados, desencantados. A veces creo que R. tiene razón, que el mundo ya se ha acabado y estamos en la prórroga.

Vuelvo a los vagones repletos de almas que buscan tristemente asiento con la mirada al entrar, sabiendo de antemano que buscan un milagro. Vuelvo a ver a esas almas leyendo los betsellers de siempre. No son los mismos de cuando iba a la facultad, los títulos cambian, los autores quizá eran desconocidos entonces, pero parecen iguales. Ángeles y demonios, La pasión india, El ocho, El club Dumas, El famoso código... Siempre tienen el mismo grosor. La gente lee libros gordos, gordos, como si su valor literario se valorara a peso. Con lo incómodo que tiene que ser cargar con eso arriba y abajo. Decido silenciosamente que no traeré nunca ningún cómic para leer en el tren. Van a mirarme raro. Más raro aún de lo que me han mirado hoy en el autobús por llevar en los auriculares a todo volumen música demasiado ruidosa a esas horas de la mañana. Qué quiere, señora, si me pongo algo lento me duermo. Backyard babies revitaliza el cuerpo y la mente a las ocho menos cuarto... De repente veo a una pareja leyendo: ella Rousseau y él Saramago. Gracias, aún queda esperanza.

Vuelvo a escuchar (en un silencio entre canción y canción) el hilo musical del tren. ¡Las cuatro estaciones de Vivaldi! Vamos a ver, señores de Renfe... ¿no hay otra cosa? ¿Es Vivaldi (como escuché no sé dónde hace poco) el reggeatón de la música clásica? Hace diez años, diez, que cojo el tren y aún no han sido capaces de renovar a Vivaldi. Dejen ustedes ya a la primavera en paz, por favor. ¿Alguien escucha el hilo musical del tren con el vagón a punto de reventar?

Vuelvo a rozarme con la masa para abrirme paso por el mundo. Hay multitudes por las mañanas, ya no lo recordaba. Cientos de hormiguitas hacendosas que, como yo, suben al autobús, luego al tren, luego las escaleras de la estación... Y todas con prisa y todas quieren ser las primeras. Bueno, yo sólo quiero que no me estrujen demasiado. Odio tanto el contacto físico con desconocidos como adoro el de las personas que quiero. Hoy he tenido suerte y he podido sentarme en el tren pero, a los diez minutos, un señor ha plantado sus posaderas sobre mi hombro izquierdo sin contemplaciones. Me he removido incómoda por tener tal parte de su anatomía sobre mí sin habernos presentado ni nada pero no se ha dado por aludido y ha seguido leyendo su 20 minutos. He intentado desplazarme a mi derecha para evitarlo pero la señora de mi lado ha reclamado su espacio vital removiédose a su vez. Así que me he pasado todo el viaje pensando que ojalá no se le escape a este hombre un pedo o las cosas se pondrán muy feas.

Vuelvo a trabajar...



P.D. Lo de trabajar y lo de "hormiguita hacendosa" es un decir. De hecho estoy escribiendo esto en horario laboral... Así que tampoco me compadezcan ustedes mucho.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Supongo que habrá felicitarte por el curro nuevo, ¿no? en cierta manera parece que echaras un poco de menos todo lo que describes. En mi caso no lo puedo sentir del todo lo que describes, ya que mis mañanas se reducen a 10 minutos andando, es lo que tiene no vivir en una gran ciudad.

Pero vaya, si hay algo que me haya lanzado a comentar como un poseso es este detalle: "Backyard babies revitaliza el cuerpo y la mente a las ocho menos cuarto...", bien jugado! Y a riesgo de parecer pesado, te recomiendo que des una oportunidad a Kuraia en tus escuchas mañaneras, mismamente el primer disco homónimo. No tan festivos, pero altamente revitalizantes!

Saludos!

Nuala dijo...

Jajajaja...

He estado escuchando Total 13 esta mañana, sí. ¿Te puedes creer que no los conocía hasta que R. me los ha puesto en el ipod y que no supe el origen de tu nick hasta entonces? Me gustan mucho.

Habrá que darles una escucha a Kuraia...

Anónimo dijo...

Libros gordos ccon letra Arial 14 habitualmente. Sobre el (los) periódicos gratuítos, ya los echarás de menos cuando te de el apretón de después del café, ya. No sabes lo útiles que son, en las empresas deberían poner revisteros junto a las tazas con el Nervión (para limpiarse el ojete) o el Qué (por si necesitas vomitar). En serio que vienen bien para pasar el rato en el baño.

Debería decir enhorabuena por el currelo o darte el pésame? Si puedes escribir ésto entonces estás de enhorabuena.

Anónimo dijo...

Y siempre anónimo, cojones

Anónimo dijo...

Yo utilizo los diarios gratuitos para leer en el bus cuando por trabajo tengo que trasladarme al campus de la otra punta, el de los humanistas. Viene genial para eso, los 30 minutos de trayecto que te cuesta mirarte el qué.


Creo que prefiero las Estaciones de Vivaldi al Radio Olé que llevan muchos taxistas maños que superan la cincuentena. Debe haber mucho emigrante por aquí.

Como a ti, me da una grima enorme el rozarme forzosamente con gente que no conozco. Seguramente en la línea 42 de autobuses urbanos de Zgz hay más roces que un puticlú.

Suerte con el nuevo curro, y si puedes, aprovecha para escribir, claro que sí.

Nuala dijo...

Es enhorabuena, supongo (gracias a los dos), porque mis necesidades pecuniarias ya eran urgentes y un trabajo es un trabajo y éste no me estresará, me queda cerca del centro (de Barcelona) y lo puedo compaginar con los estudios. Además puedo mirar el foro, escribir aquí y tengo instalado el e-mule, el messenger y no sé qué más (no pienso usarlos, al menos de momento). En mi ordenador estaba el Age of Empires...

En fin, que es una empresa de software y trabajaré rodeada de 14 informáticos friquis (con todo el cariño lo digo). Seguro que darán para más de una anécdota.

Nuala dijo...

A los tres, gracias.

Tighten my corset dijo...

Enhorabuena por tu nuevo trabajo. Ahora estoy en Dublin buscando trabajo y aqui también hay periodicos gratuitos que me sirven para ampliar vocabulario :D

Parece que el mundo se ha terminado y estamos viviendo en una prórroga??? Me ha gustado mucho esa frase.

Besos

Nuala dijo...

Seguro que tienes suerte y pronto encuentras algo, Shere.

Explica tus aventuras dublinesas, que seguro que es apasionante.