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miércoles, 8 de febrero de 2006

Diccionario de nombres propios



Por otra parte, tener diez años es lo mejor que le puede ocurrir a un ser humano. No digamos a una pequeña bailarina aureolada con el prestigio de su arte.

Diez años es el momento más radiante de la infancia. Ningún síntoma de la adolescencia asoma todavía en el horizonte: sólo la infancia más madura, rica en una experiencia ya prolongada, sin ese sentimiento de pérdida que asalta desde los inicios de la pubertad. A los diez años no se es forzosamente feliz, pero se está forzosamente vivo, más vivo que cualquiera.

Amélie Nothomb

1 comentario:

Anónimo dijo...

"A los diez años no se es forzosamente feliz, pero se está forzosamente vivo, más vivo que cualquiera."

Lo mejor que le puede ocurrir a uno es no tener conciencia. El conocimiento lo destroza todo: te abstrae, te subyuga y te muestra la senda de la infelicidad a través de la decepción. El conocimiento mata la vida.

Si volviera a nacer, me pediría no tener cerebro. Para vivir, simplemente. Como cuando tenía los, ya lejanos, 10 añitos.