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viernes, 23 de junio de 2006

Solsticio de verano, Alban Heruin, Inti Raymi o Verbena de San Juan

Las culturas antiguas pre-cristianas, ya fuera la cretense, la helénica, la etrusco-romana o la ibérica, nos han legado ritos y costumbres de componente místico donde predominan la preocupación del hombre por la identificación con la naturaleza y la purificación a través del fuego, el agua, la tierra y el viento.

Los antiguos celtan llamaban Alban Heruin a esta noche que se acerca. Los druidas encendáin fuegos circulares en lugares sagrados, cerca de fuentes de agua, que mantenían vivos toda la noche y jugaban con antorchas, o encendían ruedas que hacían rodar por pendientes.

Para los incas el Inti Raymi era la celebración del solsticio de invierno, festividad en honor al dios- sol Inti. Según la wikipedia:

Ese día, el soberano y sus parientes esperaban descalzos la salida del Sol en la plaza. Puestos en cuclillas ("que entre estos indios es tanto como ponerse de rodillas", aclara el cronista), con los brazos abiertos y dando besos al aire, recibían al astro rey. Entonces el inca, con dos vasos de oro brindaba la chicha: del vaso de la izquierda bebían sus parientes; el de la derecha era derramado y vertido en un tinajón de oro.

Después todos iban al Coricancha y adoraban al Sol. Los curacas entregaban las ofrendas que habían traído de sus tierras y luego el cortejo volvía a la plaza, donde se realizaba el masivo sacrificio del ganado ante el fuego nuevo que se encendía utilizando como espejo el brazalete de oro del sumo sacerdote. La carne de los animales era repartida entre todos los presentes, así como una gran cantidad de chicha, con la que los festejos continuaban durante los siguientes días.


Todas las fiestas en diferentes puntos del mundo la madrugada del 24 de junio (o el 21 de junio en ciertos sitios) coinciden en celebrar el instante en el que el Sol se hallaba en su máximo esplendor, cuando dura más tiempo en el cielo y muestra su máximo poder a los hombres, el solsticio de verano, el día más largo. Y la noche más corta. El triunfo de la luz sobre la oscuridad. Una noche mágica.

Desde muy antiguo se encendían grandes hogueras en esa noche. El fuego era protección para los hombres y los animales contra las bestias feroces, aleja la noche y su misterio y proporciona luz, calor y ayuda a cocinar los alimentos. Es purificador cuando quema lo que no queremos, es renovador para los campos. El fuego es mágico.

Aunque la noche del solsticio es la del 21 de junio la iglesia adaptó la fiesta pagana en origen, asociándola a San Juan Bautista. Es una noche en la que todo puede suceder, cuando las hierbas tienen propiedades que todo lo curan o espantan malos espíritus, las mozas encuentran novio y el amor no tiene ataduras. Las brujas y las hadas campan a sus anchas, los tesoros escondidos brillan y pueden ser descubiertos y quien coge en esta noche la hierba llamada verbena (tambien valeriana y trébole) queda curado de todo mal o consigue a su amor. De aquí viene que en castellano a la fiesta se le llame verbena. La noche también se asocia a otros rituales destinados a obtener pareja o a conservarla: la pareja que saltaba unida la hoguera (o pasa sobre sus brasas) conseguía felicidad y buena fortuna, las jóvenes arrojan guirnaldas trenzadas por ellas a sus amados a través de las llamas y ellos debían recogerlas antes de que cayeran al fuego. Las guirnaldas se guardaban como talismanes de buena fortuna y, ocasionalmente, se quemaba alguna cinta en el hogar para procurar protección de sus habitantes y animales.

La presencia del agua es uno de los grandes símbolos de las celebraciones de San Juan que parece no tenerse en tanta consideración y que, sin embargo, es una parte esencial de numerosos ritos de esta festividad. Se tiran guirnaldas al mar o algunos grupos, para finalizar las ceremonias, se introducen desnudos entre las olas, comulgando por un corto tiempo con el mar y recibiendo de él toda su fuerza.

Aquí comemos coca de Sant Joan, tiramos cohetes y hacemos hogueras y, si se está muy borracho, la fiesta puede acabar con baño en la playa y chocolate con churros de almuerzo. No sé si estoy yo para tanto pero Roger ha encontrado el Ron Amazona del que hablé en un post anterior (¡53º de alcohol!).

¡Feliz Verbena de San Juan a todos y a todas!

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