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viernes, 28 de octubre de 2005

Diario de París: miércoles, 19 de octubre

Datos:

En París un café cuesta 2 euros, a menos que te lo tomes en le comptoir (la barra).

En París una Coca-Cola es más cara que una cerveza de barril.

En París los vados tienen lucecitas rojas intermitentes o son de neón, haciendo casi imposible la excusa inútil de "es que no lo vi..."

En París, por las tardes, de las alcantarillas sale agua que los barrenderos orientan mediante el rústico procedimiento de poner trapos viejos y trozos de tela o alfombra para taponar el camino que no quieren que siga. Será para limpiar las hojas. Les debe sobrar agua.

En París quedan 65 fuentes de Wallace como la de Barcelona (Parc de la Ciutadella) de la que Gontzal pidió un dibujo a Roger. Sir Richard Wallace (Londres, 1818 - Neuilly-sur-Seine, 1890), aristócrata, mecenas y vividor, consagró una parte de su abundante fortuna a ayudar a los menos afortunados y, viendo la crisis se aprovisionamiento de agua y la sequía en París en 1870, ofreció fuentes de agua potable que hizo distribuir por toda la ciudad.

Hoy he pasado una sed terrible a pesar del majete de Wallace. Había olvidado mi botellita de Evian en casa y el sir inglés no tuvo en cuenta que beber de sus preciosas fuentes es extremadamente difícil si no tienes un recipiente. Lo intenté en el hueco de mis manos con el cómico resultado de mojarme todo el brazo. Por lo visto, originalmente, de las fuentes pendía un vaso atado a una cadenita. Ya no queda ni cadenita ni vaso. Mi reino por un vaso.

Esta mañana la hemos dedicado a una exposición temporal que, muy oportunamente, ha organizado el Musée d' Orsay en las Galéries Nationales du Grand Palais. Viena 1900: Klimt, Schiele, Moser, Kokoschka. Las colas en la entrada eran considerables, la mayoría eran parisinos porque la exposición hace relativamente poco que se inauguró. Esperar en el patio escuchando al, por momentos irritante, tocador de oboe ha valido la pena. Una exposición preciosa, pero se ha hecho corta. Los cuadros de Gustav Klimt me han parecido mucho más maravillosos al natural que todas las reproducciones que ya había visto y que ya me encantaban. Me he quedado embobada delante de algunos de ellos durante algunos minutos: fascinada por cómo la luz se colaba entre los árboles del bosque de pinos, por las maravillosas pieles translúcidas de las sensuales mujeres, de cabellos pelirrojos serpenteantes, por el poder que transmite su Salomé (Judit II), con su mano crispada... Me gustaría poseer la belleza, la determinación, la sensualidad y la fuerza de las mujeres que pinta Klimt.

Por tanto pedir agua a Wallace cayó toda por la tarde (del cielo), justo cuando nos sentamos en los jardines de las Tuilleries y Roger empezó a dibujar una vista del Louvre (que no pudo acabar hasta un par de días después, como veis aquí al lado). Me hubiese gustado poder vernos con los ojos de otro: allí sentados, bajo la llúvia en el parque desierto, él dibujando y yo sosteniendo el paraguas...

En los jardines de las Tuilleries hay unas sillas metálicas que puedes coger y colocar donde te apetezca. Quizá en Barcelona durarían poco y serían presa de los vándalos (sin duda promotores del Estatut) o acabarían estrelladas contra algo. Aquí sirven para que la gente se siente a leer o a dibujar el paisaje o las numerosas esculturas.

En las cercanías de los Champs Élyssées están las tiendas más chic de París, todas las de alta costura, las de los grandes diseñadores. También los restaurantes (el célebre Maxim's) y los hoteles más caros. Y algo más, algo que no había visto nunca a ese nivel: una tienda de alimentación de ultra- lujo que haría las delicias de cualquier gourmet aficionado como yo. Tenían hasta jamón pata negra ibérico de Guijuelo. Todo un placer para la vista y, sin duda, para los paladares de los que se lo puedan permitir. Como recuerdo me llevé el catálogo gratuito (lo único gratuito), con un estilismo que ni Chanel. Disfrutad de la web de Fauchon Paris y decidid qué regalo realmente caro (y comestible o bebible) os gustaría que os hiciesen de allí.

Tras tanta advertencia (la guía es vehemente) sobre lo bordes que son los parisinos, sobre lo antipático y desagradable que es el servicio aquí, debo decir que estoy absolutamente en desacuerdo. Todo el mundo, desde la vecina del tercero (madame Gisbert) que nos saludó nada más llegar y se ofreció para lo que fuese, hasta cada camarero o dependiente que nos hemos encontrado, han sido amables y simpáticos. No sé si tiene que ver con que les hablemos en francés. O que, al menos, lo intentemos con voluntad y esfuerzo.

Por la tarde hemos paseado por Pigalle por segunda vez para encontrarnos con dos riffers que, por casualidad, también estaban en París: guede y su novia. Tomamos una cerveza en el Cafe des 2 moulins (desgraciadamente para Roger no nos sirve Tautou) y descubrimos que son dos turistas al uso de los que hacen las cosas típicas y van a Euro Disney. Y están tan felices. París se puede disfrutar a muchos niveles. Nos hacemos unas fotos ante el Moulin Rouge, paseamos un poco y, entre los miles de paraísos del sexo de por allí, Roger se encariña con un edificio de tres plantas con un neón enorme: Sexodrome. Dice que antes de irnos tenemos que entrar a chafardear en la tienda. Otro día será. Por hoy me conformo con haber visto a trescientos turistas japoneses entrar en masa al Moulin Rouge (pongámosle cien euros por cabeza).

El viaje de vuelta en metro nos sale gratis porque la máquina de validar los tiquests está estropeada. Empezamos a dominar las paradas.Ya somos más aprisinos. Hemos comprado queso.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Y al final me quedé sin entrar! :'(

http://img476.imageshack.us/img476/2487/img45787cl.jpg

Anónimo dijo...

Menudas risas me ehcé cuando vi el Sexódromo por primera vez paseando por Pigalle...y tampoco entré. Lo de las alcantarillas y los trapos es la manera rústica de sustituir nuestras maravillosas maquinitas, esos caorros de golf de limpieza con chorros y escobillas giratorias.

Lo de los dependientes sí que tiene que ver con hablar en francés, aunque también con la suerte. Paris es una ciudad turística y cierta gente se harta de ello (supongo que en Barna pasará lo mismo con tanto guiri). En otras ciudades y pueblillos franceses el porcentaje de gente amigable, agradable y simpática aumenta. Digo.

Otra vez queso? Qué queso?

Anónimo dijo...

En el Belvedere, en Viena, tuve la suerte de ver gran parte de la obra de Kokotscha, Klimt y Egon Schiele. Casi sin duda, me quedo con el siglo XIX en cuanto a pintura. Qué maravilla.

Coincido con Troutman en lo de que en pueblos y provincias la gente encantadora aumenta, aunque en Paris tuve suerte. Unos chicos incluso nos guiaron en ruta por Pére-Lachaise.

Queso... es mi problema, en Francia siempre engordo, eso de tener tanto queso al alcance de la mano.

Anónimo dijo...

Felicidades por el blog, Nuala! Ah, por cierto, a mí también me da igual lo que se vaya a hacer con la Democracia China!

P.D.: Propaganda mode: OFF

Nuala dijo...

Jajajajaja...
¡Qué grande, Ricard! Y a ti no te banean... Lamentablemente nuestra única conversación en la fiesta fue sobre la Democracia China. Espero que la próxima vez hablemos de más cosas. Gracias por visitar mi blog.

Lo del queso fue un lapsus, porque el "crotin" (que significa literalmente "cagarro") lo compramos éste día, no el anterior. Lo he corregido pero mis atentos lectores no me perdonan semejante lapsus. Mi memoria ya no es lo que era. Y, de hecho, nunca ha sido gran cosa.

He vuelto de París con dos quilos de más.

Anónimo dijo...

http://www.tripadvisor.com/ShowTopic-g187147-i14-k905703-Bad_experience_at_Au_Clarion_des_Chasseurs_Montmartre-Paris_Ile_de_France.html

En este link que lleva a TripAdvisor he abierto un hilo para avisar de la mala leche que tiene el camarero de mediana edad del restaurante turístico "Au Clarion Des Chasseurs (Montmartre, París). En todo momento fuimos respetuosos y el tio hizo un comentario gracioso en público sobre nuestro pobre vocabulario frances ("estos solo se saben las 4 palabras...") y del chiste participaron todos los clientes menos nosotros: nos avergonzó en público y nos hizo sentir profundamente mal. Avisados estais de este personaje. Un saludo